El día 11 de Septiembre me tocó caminar por algunas calles de Valparaíso y reconocí, en las afueras del edificio de la Intendencia Regional, un especial despliegue de seguridad que, en un comienzo no comprendí, pero que luego me hizo recordar la particular fecha. Muchos carabineros rodeaban una importante cantidad de barreras verdes en torno al edificio. Por ahí me abstuve de fotografiar una extraña escena de un carabinero ayudando a un pequeño a encumbrar un volantín, en el área de los estacionamientos subterráneos. Era una buena foto, pero preferí evitar cualquier pregunta o conversación que no quería tener.
La imagen que sí quise captar fue la de este pintor, en el mismísimo edificio de gobierno regional, ya casi al final de su trabajo. Sin conocer lo que es el vértigo, él seguramente con otros colegas más, deben haber completado varios días en este trabajo, tal como lo harían los que limpian las ventanas en edificios de altura.
Pero cuando menciono a los “limpiavidrios” no puedo evitar asociarlos a una suerte de balcón, donde caben al menos dos personas, tirado por cables desde la azotea de un edificio y que ellos mismos manejan, al menos, hacia arriba o abajo.
Por eso, cuando miré hacia arriba y vi al pintor, me sorprendió que estuviera sentado en lo que parece un simple columpio, colgando de un solo cable o soga (no sé reconocer qué es) desde la azotea con ninguna medida de seguridad, al menos a simple vista.
Si tuviera que especular, diría que está colgando de una soga. Primero, era muy flexible, por otra parte, es mucho más barato y es un edificio público. Aparte de eso, aunque la imagen no lo muestra claramente, en la parte de la soga que topa con la arista horizontal del cambio de superficie del edificio, pude notar una artesanal protección que seguramente tiende a evitar que el roce la desgaste y, obviamente la termine por cortar.
Si este pintor cometiera cualquier error, o se cortara la soga, o pasara cualquier imprevisto que signifique que él cayera a tierra, ¿quién responde?.
Ya puedo ver las noticias en donde aparece la familia, la empresa contratista, el intendente y muchos abogados, de esos que salen en la televisión siempre, hablando y hablando acerca de quién es responsable de un accidente así. Claro, mientras este hombre no se caiga, está todo bien y el edificio se ve “bonito”. ¿Y si pasa lo que nadie quiere que pase? ¿Alguien se acordará de las medidas de “inseguridad” que tenía este trabajador en ese momento?
Bueno, la fotografía tiene muy buena memoria.
La imagen que sí quise captar fue la de este pintor, en el mismísimo edificio de gobierno regional, ya casi al final de su trabajo. Sin conocer lo que es el vértigo, él seguramente con otros colegas más, deben haber completado varios días en este trabajo, tal como lo harían los que limpian las ventanas en edificios de altura.
Pero cuando menciono a los “limpiavidrios” no puedo evitar asociarlos a una suerte de balcón, donde caben al menos dos personas, tirado por cables desde la azotea de un edificio y que ellos mismos manejan, al menos, hacia arriba o abajo.
Por eso, cuando miré hacia arriba y vi al pintor, me sorprendió que estuviera sentado en lo que parece un simple columpio, colgando de un solo cable o soga (no sé reconocer qué es) desde la azotea con ninguna medida de seguridad, al menos a simple vista.
Si tuviera que especular, diría que está colgando de una soga. Primero, era muy flexible, por otra parte, es mucho más barato y es un edificio público. Aparte de eso, aunque la imagen no lo muestra claramente, en la parte de la soga que topa con la arista horizontal del cambio de superficie del edificio, pude notar una artesanal protección que seguramente tiende a evitar que el roce la desgaste y, obviamente la termine por cortar.
Si este pintor cometiera cualquier error, o se cortara la soga, o pasara cualquier imprevisto que signifique que él cayera a tierra, ¿quién responde?.
Ya puedo ver las noticias en donde aparece la familia, la empresa contratista, el intendente y muchos abogados, de esos que salen en la televisión siempre, hablando y hablando acerca de quién es responsable de un accidente así. Claro, mientras este hombre no se caiga, está todo bien y el edificio se ve “bonito”. ¿Y si pasa lo que nadie quiere que pase? ¿Alguien se acordará de las medidas de “inseguridad” que tenía este trabajador en ese momento?
Bueno, la fotografía tiene muy buena memoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario