jueves, 31 de marzo de 2011

VOCES DE VERDAD


Imagino que nadie asocia rápidamente los nombres de Samuel Zambrano y Liliana Olivos a la televisión. Bueno yo tampoco hasta hoy.
Pero no equivocarse, no son la última pareja de pololos de “Año 0”, tampoco bailan en discotecas y no se pelean por aparecer en SQP o en Mira quién habla.
Resulta que estos dos seres humanos son cantantes.
Pero CANTANTES, tal cual se ve.
A pesar de lo precaria calidad de recepción de imagen que tengo, lo cual hace un poco subjetivos mis juicios con respecto a la programación de los canales (tv abierta), ya que no puedo verlos todos, lo que he visto esta mañana me basta.
El programa SQP estaba teniendo un profundo debate acerca de qué es lo que debe hacer Luli con respecto a sus estudios. Esta interesantísima discusión se basa en que la niña esta habría cursado solo hasta el primer año de enseñanza media. Un panel de 5 personas (incluido el “respetable” Italo Passalaqua) está dedicado a pensar por ella, darle consejos y elucubrar acerca de lo que realmente ella hará con su vida académica. Imperdible.
En ese mismo instante, Canal 13 y su joyita de matinal “Bienvenidos”, se dedicaba a mostrar “las mejores rutinas de Yerko Puccento”. Esto era una mezcla de rutinas en programas que ya no existen, y más que eso (pues hay programas que ya no existen pero fueron bastante respetables), con invitados que ni siquiera han perdurado en el tiempo en ningún ámbito. Algunos de los blancos de las ironías del personaje de Alcaíno, eran muchachos salidos del reality La Granja, hace ya varios años, los cuales sonreían ante bromas que ya no se entienden por el desfase temporal con la actualidad y la nula trascendencia que tuvieron.
Ante este pobrísimo panorama, el matinal Buenos Días a Todos, de TVN, contaba en su estudio, además del panel de farándula, con estos dos cantantes. Obviamente se encontraban promocionando el programa Factor X, pero al parecer realmente tenían ese factor “x” que se supone que es lo que buscan.
Claro, se trataba de dos personas bastante sencillas, con vidas normales e incluso aspectos normales.
Liliana, una dueña de casa, con el clásico sobrepeso que a uno se le viene a la mente cuando nombra este noble quehacer femenino. Maquillada para la ocasión y con un renovado corte de cabello, en relación a sus apariciones en el programa de talentos, fue presentada y cantó en vivo, sí, absolutamente en vivo la canción “Baño de mar a medianoche”, hecha famosa por Cecilia hace más de 40 años. Cualquier paisano que haya estado en un bar con karaoke, sabe de sobra que esta canción es una de aquellas en que las féminas cantantes generalmente no dan el ancho (usando conceptos políticos), es decir, no se la pueden. Liliana me dejo pegado ante la tevé. Una tremenda voz, unos tremendos pulmones y un sentido del humor que se agradece en ese horario, sobre todo viniendo de “desconocidos” de la pantalla.
Luego, el turno de Samuel.
Se manda un tema el cual no sé nada, ni siquiera conozco la melodía, pero era netamente canto lírico. Con todo lo que no sé al respecto, me pareció al menos, afinadísimo.
Debo destacar que en ambos casos, yo no sabía nada de ellos, nunca los había visto ni oído. Cuando opiné acerca de los programas de talentos, reconocí que talentos no era lo que buscaban, sino rating. Por supuesto que lo del matinal fue por rating, pero mostrando cantantes de verdad, desconocidos, pero de verdad, y no grupos ni cantantes a los que les dan espacio para doblar canciones y uno nunca termina de saber quiénes son y qué cantan, o por qué están ahí.
Me pareció un pequeñísimo acierto del Buenos Días, lo más interesante a esa hora. Cantantes no famosos, pero de verdad. Insuperable para los demás matinales.

A LA CALLE


Todos los años el tema vuelve a estar en la noticia.
Las bicicletas, la contaminación, el precio del petróleo, las ciclovías, el ejercicio y bla, bla, bla.
Como dice una amiga, “un poco mucho”.
Todos vemos en televisión (y ahora se ha tocado el tema nuevamente) los conflictos que hay, particularmente en nuestra capital, con respecto a las ciclovías, los ciclistas y el poco respeto que tienen los vehículos motorizados para con ellos. Incluso los peatones no tienen mucha consideración con los pedaleros.
Mi visión del tema es estrecha y mi opinión está absolutamente alejada de todos los proyectos de ley o informaciones relativas al mismo. Sin embargo, cada vez que pasa un ciclista entre los vehículos y pasa los discos “PARE”, esto vuelve a darme vueltas en la cabeza.
Ya escribí al respecto hace un tiempo.
Pero en ahora estoy más claro.
No más ciclovías.
Ni en Santiago ni en Viña, en ningún lado. Aparte de complicar la parte vial, es imposible llenar alguna ciudad con estas superficies. Las bicicletas deberían circular en las mismas aceras en que circulan los automóviles, pero por las pistas más lentas. La evidente generación de congestiones, no creo que diste mucho de lo que actualmente sucede. Si pensamos que la bicicleta evade las congestiones vehiculares, tampoco es algo sin solución, si hoy las motocicletas se escabullen por entre los autos sin problemas legales, perfectamente pueden hacerlo los pedales.
Pero para el tránsito en calzadas vehiculares, debería existir una instrucción para los conductores de bicicletas, es decir, un examen teórico, urgentemente necesario según yo, en donde se puedan evaluar los conocimientos relativos a las normas del tránsito, los mismos que todos debemos tener al obtener la licencia para conducir motorizados. Así también debería normarse el rango etario de los eventuales ciclistas y las zonas urbanas factibles de ser utilizadas por ellos, bajo estas nuevas condiciones. Se supone que se puede circular en bicicleta por cualquier parte, pero para efectos de reglamentarlo, debe acotarse este ítem.
Deben establecerse, por ejemplo, otras condiciones para su circulación. Esto porque las consignas hippies acerca de la no contaminación, el sano ejercicio, y lo top que pueden verse mujeres u hombres con sus hijos en canastitos o parrillas especiales escuchando música, está lejos de ser algo práctico necesario para una buena conducción. La prohibición de usar audífonos, la seguridad de los bebés, el buen estado y la mantención del rodado, son factores bastante básicos y que, así como se exigen para los automóviles, deben ser regulados en las “cletas”.
Por eso me parece que hay que normarlo. Los parques son un buen espacio para pasear en bicicleta, con niños, circulando sin restricciones de ningún tipo y respirando aire puro. Pero otra cosa es que los ciclistas, quienes quieren que los asumamos como medio de transporte con todas las facilidades del caso, también asuman su responsabilidad y se rijan por reglas del tránsito como todos los que lo hacen, sin pretender ser seres especiales ni intocables, sino un vehículo más. Ciclistas: ¿Quieren ser respetados? Pues métanse a la fila de las calles, con deberes y derechos, con infracciones de carabineros fiscalizándolos como a todos. Si eso ocurre, ahí rodemos el sueño de que los automovilistas sean mucho más respetuosos de vuestro espacio. Cuando la calle la compartan en igualdad de condiciones.

martes, 29 de marzo de 2011

Ó HAMBUESA


Dos características de esta pizarra en un turístico restaurant de Valparaíso. parece que las hamburguesas son muy grandes, ya que no caben en el ancho de la pizarra. Y lo otro, según tengo entendido, durante muchos años la letra “o” sólo llevaba tilde cuando se empleaba sola en la separación de alternativas numéricas, como ejemplo; 1 ó 2 ó 3… Si mi ignorancia no me juega una mala pasada, creo que esto ya no es efectivo. Y me quedo con la inseguridad, como suelo hacer en muchos casos, para no quitarle agilidad a este texto y detenerme en conceptos técnicos que, después de todo, serían completamente estudiados para esta ocasión y no de conocimiento genuino. Aun así, si el tilde mencionado, siguiera rigiendo, no debería ser usado en la separación de palabras, sólo sería en dígitos. Pero algo me dice que esa “o” ya no se acentúa más.

FAENA OVINA


No sé si es necesario que desarrolle un comentario tan descriptivo acerca de esta fotografía. Se trata de la carnicería San Andrés, una local cuyo principal negocio es la carne de equino, ubicado en calle Las Heras en Valparaíso. Se puede notar que el principal distribuidor que abastece este pequeño negocio es “Canes Escobar”. Y en la presentación del proveedor, en un costado del letrero principal, donde se lee el eslogan “sabor y calidad”, se puede apreciar que además de carne de caballito, también faenan a las tiernas ovejitas para comer alguna sabrosa parte de su cuerpecito. Ahora yo me pregunto, ¿tiene que ser tan explícita la fotografía? ¿No será que la tierna ovejita está a punto de ser faenada por el propio caballo? Nunca he comprado carne ahí y, después de imaginarme el engendro que de esa situación se produce, no creo que lo haga jamás. Prefiero servirme a Dolly, por último es un clon.

PRECAUCION


De manera deliberada he fotografiado este letrero, absolutamente descontextualizado. Claro, no he incluido en el cuadro más detalles del lugar en que se encuentra instalado. Es extraño imaginarse una vía pública, que en ese tramo es vehicular pero sin salida, o sea, prácticamente peatonal, con un letrero que exprese claramente la advertencia de que ahí circulan materiales. No se autoriza el paso de automóviles, peatones, motocicletas, vehículos de carga o bicicletas. No. Sólo está permitido (informalmente por cierto) el “tránsito de materiales”. Dependiendo de la disciplina, por esa arteria podrían circular en un desfile, martillos, serruchos y alicates. O, por otro lado, telares y lanas, o quién sabe, reglas, lápices, lienzos y pinturas. Y, ojo, hay que tener la “precaución” necesaria, ya que por ahí circulan los materiales.

miércoles, 16 de marzo de 2011

FE DE ERRATAS

Dado unos inesperados inconvenientes en el formato de la escritura, surgió el error de publicar hace unos días, un texto incongruente con la fotografía. Ahora rectifico y publico la fotografía correcta con el texto correspondiente.

MUCHA CASA PARA ESTE AVISO


En el acceso principal de esta casona, ubicada en el cerro Alegre en Valparaíso, más exactamente entre las calles Higueras, Montealegre y Miramar, se instaló un cuadro de gran tamaño, que cuenta la historia de esta construcción. Tal parece ser la importancia de el lugar, que el texto está escrito en nuestro idioma y también en inglés.
No recuerdo exactamente el nombre de la casa, pero es el apellido del extranjero que la construyó hace muchos años.
Lo que me pareció digno de destacar es la propaganda que se le hace, quizás sobrevalorándola como edificación, a pesar de no ser íntegramente la original (después de un incendio, creo en 1985), es lo mal escrito que se encuentra este vistoso letrero de arriendo que se ubica en su fachada.
Usar la mayúscula después de una coma, no saber abreviar la palabra “mensuales”, escribir la cifra “quinientos mil pesos” con una coma entre sus ceros, en lugar de un punto, o la palabra “cosina”, deja bastante que desear.
Muy ordinario aviso para tan pomposa presentación de la “casona”.

martes, 15 de marzo de 2011

¿BUSCANDO QUE?


Me había rehusado a ver por televisión cualquiera de los programas que se han presentado como “busca talentos”, pero en los últimos días caí en uno de esos, perdón, en dos. Uno de ellos busca talentos en el canto y el otro que alcancé a pinchar, se dedica a descubrir a los mejores imitadores.
Cuando uno tiene referencias lejanas o cercanas de un artista, cuando hay un historial de fama y popularidad y, lo peor de todo, cuando ya hay muchos antecedentes sobre imitadores chilenos y de gran calidad, lo que se puede observar en la tele no es más que un gran cúmulo de bochornosas parodias. Es decir, el juicio se vuelve mucho más fino y por ende, más crítico.
Pero está la otra parte.
Da lo mismo el canal que tiene un tipo de programa u otro, el problema no es de una estación televisiva, lo más grave está en el fondo del proyecto. Pero no en el proyecto original. Todos hemos visto por el portal Youtube, que hay cantantes impresionantes, de todas las edades, aspectos y clases sociales en los países originarios de la idea, que son aplaudidos sin distinción. Y también hay de los otros.
El famoso caso de Susan Boyle en el programa busca talentos, es algo que mantiene ilusionadas a muchas dueñas de casa chilenas, que jamás en sus vidas van a alcanzar fama y popularidad gracias a la grabación de un disco. La razón es simple.
En Chile no se busca talentos, se busca rating.
El rating hace que se muestren engendros del canto y del espectáculo, más dignos de aparecer en el show del payaso Krusty que en nuestra televisión, y también la exposición de situaciones personales y familiares que deben conmover a nivel de una teleserie, a todos los espectadores. Ah, se me olvidaba, de vez en cuando aparecen chilenos que cantan de forma increíble.

Me he preguntado cada vez que la veo, cómo Nicole puede juzgar a cantantes, una cantante que siempre ha estado cerca de ser alguien importante en la música y nunca lo ha sido, una mujer que quiere seguir siendo adolescente por siempre cantando regularmente. Si hasta se refirió a uno de ellos repitiendo dos veces la palabra “espontaniedad” (queriendo decir “espontaneidad”).
Me merece, al menos, un poco más de respeto la trayectoria de José Alfredo Fuentes.
Aun así, competentes o no, me desagrada ver cómo, dependiendo de las circunstancias de rating o qué se yo qué, se pronuncian con desinterés y abulia sobre cantantes que han deslumbrado con sus voces. Como si no fuera eso lo que están buscando. Me parece que se quedan dormidos o definitivamente no están escuchando a quien está al frente de ellos. Esa mala costumbre de hilar fino, tratando de imponer términos técnicos, o como lo hacía Vodanovic, estudiando cual mateo del curso, términos, conceptos o historia relativa al show para parecer informado, cuando realmente, nunca tuvo idea de lo que oiría.
Estamos plagados de famosos “artistas” que no lo son. Cantantes que no cantan, reeagetoneros a quienes los coristas hacen todo el trabajo, cantantes que cantan, pero mal, en fin. Y hay chilenos y extranjeros.
Gente que ha hecho fama y fortuna a costa de no ser artista. Sin componer, ni cantar, sólo por tener buena pinta y haber estado en sus comienzos en el lugar preciso y tener los contactos indicados.
Así y todo lleno de famosos malos cantantes, el medio se da el lujo, por televisión y ante todo el país, de destrozar a los verdaderos talentos. Me tocó ver y oír buenos cantantes, pero el jurado los estudió como si tuviesen que encontrar malos cantantes y estos estuvieran lejos de cumplir las condiciones.
Yo conozco y he visto mujeres que cantan mucho mejor y que tienen temas mucho más interesantes que los de Francisca Valenzuela, por ejemplo. No la conozco, pero conozco a las otras. Pero a ellas nadie las conoce, para qué ir a la televisión si van a oír que les falta esto y esto otro para “ser como”.
Es horrible constatar cuantos cantantes ve uno doblando en televisión, famosos, y cómo hacen pebre a los que reamente cantan, coartándoles la posibilidad de ocupar espacios. Como dijo un amigo, el espacio que dejan las bandas, lo ocupa el bajista de la banda y su proyecto, el guitarrista con su mujer, el hijo con sus amigos.
Por eso acá en Chile no habrá Susan Boyle, nunca. Si no eres precioso, o alguien cercano no te tiende una mano desde adentro del sistema, sólo aspirarás a cantar por ahí, por muy bueno que seas, incluso, aunque hayas aparecido en televisión en un concurso que “busca talentos”.

P.S. Desde Armando Manzanero, nunca he visto un cantante mexicano, famoso internacionalmente, o al menos en Chile, que tenga ese aspecto de mexicano promedio. Los integrantes de Garibaldi, Lucero, Thalia, Paulina Rubio, Cristian Castro, etcétera. ¿Hay alguno de ellos parecido a Emiliano Zapata? Ese mercado es mucho más discriminatorio, y acá seguimos ese ejemplo.

lunes, 14 de marzo de 2011

A VER MINUTO, MIRE EL PAJARITO



Inevitable recordar el clásico e imbatible (a través de los años) letrero que dice “Llaves al minuto”, que promueve la rapidez en la fabricación de copias de llaves, proceso que actualmente debe costar algo así como $ 400.- y que siempre se demora más de tres minutos.
También se me viene a la mente los avances tecnológicos en torno a la captura y proceso de una fotografía, sobre todo la fotografía digital. Claro, tomar una foto, cargarla a un computador personal e imprimirla en óptima calidad no debe demorar más de 5 minutos, sin considerar todas las opciones de edición disponibles actualmente.
En este ámbito, el tomar fotos con esta cámara, es todo un clásico y para algunos una oportunidad única, sobre todo considerando que durante años mucho se ha usado el trípode y la estructura exterior de este tipo de cámaras, pero que en su interior funcionaban sólo con una cámara instantánea. O sea, efectivamente el resultado era rápido, pero uno se iba con un papel con la foto impresa y no existía ningún respaldo en negativo, como sí lo tiene este antiguo artefacto. Un engaño piadoso.
Me consta que acá la foto la toma esta cámara y que fabrica su negativo. Lo que no entiendo es cómo debo hacer para andar trayendo conmigo un minuto para que esta cámara lo registre. Quizás me guste la idea de fotografiarme yo y tener el recuerdo, pero si el fotógrafo insiste, ¿de dónde saco un minuto?
Ojalá se abra de mente el dueño de esta reliquia y fotografíe no sólo minutos, si no también a las personas. No creo que sea como tan rápida como las llaves ¿o sí?

SPRO C CAXE


Una de las tantas particularidades que generan las nuevas formas de comunicación, es esa suerte de “nuevo lenguaje” que se usa mayoritariamente en los chats y en los mensajes de texto de los celulares. Se han popularizado las abreviaturas y los reemplazos de algunos caracteres, que antes eran horribles faltas de ortografía y que hoy están completamente legitimados en honor a la rapidez de la escritura como ahorro de tiempo sin ver afectada la comprensión de los mensajes. Cuando escribo un mensaje de texto de mi celular, la contabilidad de los caracteres disponibles va decreciendo en la medida que voy escribiendo, eso es obvio. Así, en el momento de abrir el espacio de escritura, tengo disponibles 160 caracteres como capacidad en un mensaje de texto. Si escribo un mensaje largo, entonces trataré de ahorrar espacio entre comas o puntos, omitiré algunas vocales o acomodaré letras. Sin embargo hay una costumbre que no comprendo. He recibido eventualmente mensajes de texto, cuyo texto es bastante reducido. Independientemente del mensaje, o sea, el contenido y por ende, la importancia de él, es su extensión lo que me intriga. Por ejemplo, si el texto que recibo dice: “K stes bn.cuidat muxo,ns vmos. TQM” A estas alturas, no nos sorprende este tipo de escritura, y en otras circunstancias no la cuestionaría. Pero este mensaje de 34 caracteres, no es de un contenido que alguien pueda escribir mientras va conduciendo un automóvil, no es un tema de vida o muerte, no es necesario escribirlo rápidamente. Entonces yo me pregunto ¿cuál es la necesidad de ahorrar espacios y no expresar genuinamente un momento de afecto, o lo que uno quiere decir? A este mensaje de texto, le quedan 126 caracteres disponibles para decir con todas sus letras lo que uno pretende, en un momento que se supone de relajo como para enviar sólo un saludo. En lo personal, a mi me cobra mi compañía $50.- por cada mensaje de texto enviado. Me excuso por mi ignorancia, pero no tengo conocimiento de que alguna otra compañía cobre los mensajes de texto en función de la cantidad de caracteres empleados. No lo creo. Agradezco este tipo de manifestaciones, siempre hacen bien, pero ¿por qué ahorrar palabras, cuando hay mensajes que son tan gratos de leer y que tienen el mismo costo independiente de su extensión?

jueves, 10 de marzo de 2011

NO PROTESTEN MAS POR FAVOR


El tema de moda.
La más reciente alza de la bencina, ocupo el titular de este tabloide santiaguino. En notorias letras rojas expresa una confusa noticia. Lo primero que se me vino a la mente en esa redacción, fue que yo entendí que las protestas eran las causantes de las alzas de las bencinas.
“Fuerte protesta desata gran alza de la bencina”. Para mí está clarísimo, por eso insto a todos los sectores involucrados y afectados con el tema, que por favor no sigan protestando de ninguna forma, ya que están provocando ellos mismos con esas manifestaciones, que la bencina incremente su valor en la forma que está ocurriendo hoy. Es cierto que todos nos vemos afectados, los transportistas suben sus valores y eso encarece hasta el precio de un huevo. Pero también es cierto que según el diario La Segunda, no deberíamos manifestar nuestro desacuerdo, ya que esto sería como apagar el fuego con bencina (que apropiado el dicho).
O falto alguna coma en el titular, o este debió decir algo como: “Gran alza de la bencina desata fuerte protesta”, o sea, sólo bastaba escribirlo al revés.

LO BUENO, ES GRANDE


Una curiosidad de la tecnología, en un servicentro del centro de la ciudad, casualmente divisé apiladas unas cajas, entre las cuales estaba ésta. Desconozco que hacía esta caja sobre otras que contienen papas fritas. Tampoco sé por qué decía “PEINTIUN”. Muy especial.

OJO, PARA SIEMPRE


Ya estamos habituados a ver este tipo de escrituras en nuestro querido puerto de Valparaíso. me atrevo a sugerir que en ningún otro punto del país suceden estas cosas tan particulares. En todas partes los negocios cierran y nunca más vuelven a abrir. Eso no es problema.
Generalmente cuando eso va a ocurrir, se rematan las mercaderías, se liquida todo “por cierre”, y la empresa se acaba dignamente. Quizás aquí ocurrió eso y yo me lo perdí, pero no me puedo sustraer de registrar para siempre, este artesanal aviso de cierre definitivo.
Ah, y ojo, no se volverá a abrir en ningún otro lado. Único.

CALETA DE PIE


Parece en realidad un informativo que parece fue llenado más por un pasajero que por alguien de la empresa. Singular es la capacidad que tiene este microbús para llevar pasajeros de pie.

ALO... TIMBRE, ESTAS AHI?


En esta funeraria, la instrucción parece un poco extraña. Hay un timbre pegado a la pared, el cual debe ser tocado para que alguien escuche al interior del local. Lo raro es que el timbre no es el instrumento mediante el cual ese alguien es convocado a abrir la puerta, es más bien el objeto del llamado, es decir, a quien hay que llamar. “Llamar al timbre”. ¿Habrá que tocar el timbre o llamarlo por teléfono, o a viva voz?

PROHIBIDO ACERCARSE A LEER


En el Palacio Carrasco, ubicado en avenida Libertad, entre 3 y 4 norte, en Viña del Mar, se ubicaba el Centro Cultural de esta ciudad, hasta el día del terremoto del 27 de Febrero. Después de eso, no sé exactamente si se encuentra habilitado como tal o está deshabitado. De cualquier forma, es extraño que, estando cercado por una cinta blanca que dice “PELIGRO”, se encuentren cinco (5) avisos escritos en computador en hojas tamaño carta, pegados en la estructura protectora de su acceso.
¿Cómo acceder hasta ahí para leer eso si no se puede pasar?
Tal vez debieron pegar los letreritos mas afuera o poner la cinta mas adentro.
Extraño.

¿ HAY O NO HAY ?



No hay mucho que agregar.
Un kiosko en el que su dueño se protege de los robos, que deben haber sido muchos, pegando un aviso en que asegura que no hay en su interior nada para robar. Sin embargo, asegura en otro papelito que hay helados. ¿Para robar? Quién sabe.

¿ASI SE ENSEÑA AHI?

Horrible la publicidad de este jardín infantil.
Insisto en la constante negligencia de las empresas al no revisar los trabajos encargados a empresas dedicadas a la publicidad gráfica. Si en el fondo es la imagen de la empresa la que está en juego, al menos a ojos del público.
Mi crítica es para ambos. Primero para los gráficos y luego para la institución educacional.
Se nota claramente que la palabra “jardín” lleva tilde, obvio. La JUNJI, es una sigla que representa a la Junta Nacional de Jardines Infantiles. Mi ignorancia no me permite asegurar si todas las siglas se escriben completamente con mayúscula, mi intuición me dice que sí. Pero no lo sé. Para este caso, en mayúsculas o minúsculas, la “i” de junji” no lleva tilde bajo ningún punto de vista, así como lo muestra el aviso publicitario.
La palabra que sí lleva tilde es “fonoaudióloga”, y el gráfico no lo tiene. Así también la palabra “matrículas” lo lleva y no aparece.
Los días de la semana, entiendo que se escriben con minúscula. Alguien podría discrepar, pero me parece que es así. Como sea, es mejor escribir, o todos con mayúscula, o todos con minúscula, no como en el aviso, en que aparece la frase “lunes a Viernes” y luego “Sábado”.
Insisto en que se escriben con minúscula.
Si los encargados del jardín no saben escribir, los que hacen el letrero pueden corregir. Si ellos tampoco saben, quienes reciben el trabajo terminado tienen el deber de revisarlo. Pero si estos tampoco saben escribir, pues son los mismos del texto original, estamos mal.