1º.- En pleno desarrollo del proceso eleccionario, cuando aun nadie hablaba de escrutinios ni porcentajes y sólo se limitaban a mostrar el voto de personalidades de la política, la futura animadora del Festival de Viña, Soledad Oneto, me recordó la hora en Canal 13 diciendo: “...son la una con cuarenta minutos...”.
¿Son? No Sole, “es” la una con cuarenta minutos.
2º.- Todos vimos al ex presidente de Chile Ricardo Froilán Lagos Escobar, generar un desorden mayúsculo a su llegada a votar. A la hora en que llegó al recinto había mucha gente haciendo fila en la mesa que le correspondía a él. En una actitud mixta, entre resignado frente a los reclamos de quienes no aceptaban que se adelantase sin respetar el orden de llegada y complaciente con todos los medios de comunicación que mostrarían una muy fea conducta, Lagos optó por respetar la fila. Admirable. Por haber sido Presidente de Chile y, por último, por ser de la tercera edad, podría haberse tenido alguna consideración especial, pero no. Estuvo más de una hora esperando hasta que le llegó su turno e hizo lo que todos hicimos, votar.
Me parece un buen ejemplo que, lamentablemente, el candidato a alcalde por la comuna de Estación Central, Hugo Gutiérrez, no tenía en sus planes. Minutos antes, y ante el manifiesto rechazo de sus vecinos de mesa, que se encontraban respetando la fila y, por ende, el orden de llegada, este señor pasó adelante y votó sin ninguna consideración por sus “compañeros” que hacían la fila. ¿No es acaso, el popular abogado de las más emblemáticas causas de derechos humanos? Hugo Gutiérrez se llama este hombre que parece haberse olvidado del motivo de sus luchas en los tribunales, para pasar a convertirse en una “autoridad” de esas que tanto él ha cuestionado por muchos años. De esas que “pasan a llevar” los derechos de las personas.
Habría pasado inadvertido su horrible e inconsecuente gesto, de no ser por el flaco favor que le hizo minutos más tarde, sin habérselo propuesto, el ex presidente Lagos Escobar. Bien por Lagos, mal por Gutiérrez, una falta de respeto a los derechos que dice proteger y defender.
3º.- Chilevisión, en uno de los miles de contactos que hizo por todo el país, mostró el momento en que asistía a votar la alcaldesa de Viña del Mar. Eso no tenía mayor interés pues nada se sabía de conteos ni resultados, por lo mismo, pude concentrarme en lo que la pantalla mostraba en su parte inferior. El GC (generador de caracteres) le informaba a todo el país, que la alcaldesa que estaba votando se llamaba Regina Reginato.
4º.- Con respecto a la misma candidata, la alcaldesa de Viña, la periodista de 24 horas Red Valparaíso, María José Quintana, comentó acerca de las primeras mesas cerradas y sus tendencias en la elección de alcaldes. En ese momento fue cuando, después de haber dado algunas cifras, señalo que la señora Reginato “volvería a ser reelecta...”
Así no es la situación mi estimada Coté. Doña Treme sólo lleva un período en la alcaldía, ahora se estaba postulando al segundo, por lo tanto, si ella gana, “volvería a ser electa”, o “sería reelecta”. En ningún caso volvería a ser reelecta, pues esa frase encaja si ella ganara para un tercer período como alcaldesa.
¿Entendió María José? Sí yo creo que sí.
5º.- El Subsecretario del Interior, Felipe Harboe, quien fue el encargado de informar oficialmente los cómputos de esta elección, en vivo, presentó una sutil anomalía en su pronunciación.
El detalle lo encontré en la frase “…de los votos válidamente emitidos…”.
A simple vista, la escritura no dice nada extraño. Sólo me llamó la atención que en la palabra “válidamente”, el señor Harboe pronunciara la “v” como si fuera “b”.
Si hacemos un pequeño ejercicio que tal vez algún profesor de castellano podrá entender, notaremos que la “b” se pronuncia juntando los labios, de una forma muy parecida a como pronunciamos la “p”. A diferencia de esto la “v” se pronuncia ocultando los labios de abajo tras los dientes o, dicho de manera más fácil, poniendo los dientes de arriba sobre los labios.
Eso lo aprendí como una maña para distinguir ambas letras en los dictados que hacían en el colegio. Entonces sólo tenía que mirar a la profesora y si tenía dudas, su pronunciación me las aclaraba.
Viendo al Subsecretario en primer plano en mi televisor, no pude evitar notar que lo que decía era “bálidamente”, de manera muy clara.
6º.- En el programa Elecciones municipales 2008 de TVN, después del noticiero central, se hizo un espacio para recrear el programa Estado Nacional que, usualmente, se transmite los días Domingo. Los panelistas, los mismos de siempre, tuvieron la oportunidad de analizar los resultados ya claros de esta elección junto a Sebastián Piñera primero, y Francisco Vidal después.
No voy a opinar de sus números, debates, porcentajes y cuentas en las que nadie perdió y todos ganaron.
Sí quiero destacar un hecho que me llamó la atención. El panelista Jorge Navarrete, en su intervención mientras Piñera se encontraba en el centro del tema, se refirió en todo momento al empresario y precandidato presidencial como “nuestro invitado”. A pesar de mirarlo a la cara cuando le hablaba a él, siempre lo trató en tercera persona y nunca pronunció su nombre, siempre fue “nuestro invitado” para Navarrete.
Vaya a saber uno que rollo tiene el panelista con Piñera, pero no sonó muy respetuosa su actitud.
Mientras yo trataba de buscar alguna probable razón para eso, ya había aparecido en el programa el vocero de gobierno, el señor Vidal, en el lugar donde estuvo Piñera.
Puse un poco de atención cuando le tocó el turno al panelista aludido y me sorprendí cuando oí que se refirió al presidenciable de RN como Sebastián Piñera.
Ahí sí que no entendí.
Tiene que ser muy fuerte lo que le pasa a Navarrete con el empresario.