lunes, 15 de noviembre de 2010

LO MEJOR Y LO PEOR


Por primera vez en muchas noches de domingo, tuve dificultades para decidir que ver en televisión.

Siempre es bueno recordar que sólo veo canales nacionales y LA Red, UCV y Mega, se ven pésimamente mal, debido a mi ubicación en la ciudad.

Canal 13 con el producto que está salvando sus ahorros, Los 80, compite con Tolerancia Cero de Chilevisión y Animal Nocturno de TVN.

La serie ochentera y sus ya molestas plagas de grillos seguramente mostró más de lo mismo. No le presté mayor atención ya que en el programa de conversación que conduce Matías del Río, el entrevistado central era José Segovia, el presidente electo de la ANFP, mientras que Camiroaga, ayudado por intérpretes del idioma, entrevistaba nada menos que a Olivia Newton John en el canal estatal.

Quise informarme acerca de los cuestionamientos y polémicas que ha arrastrado la elección del señor Segovia para la conducción del fútbol chileno, sin embargo, el encanto de Olivia pudo más.

No hay espacio para dudarlo, encanto es una de las tantas cosas que Segovia no puede comprar con todo el dinero que tiene.

Alcancé a ver una parte de la conversación entre los panelistas estables de Tolerancia Cero, antes que entrara “Cagovia” (como lo bautizó The Clinic), pero ese debate se centró en la posible intervención del gobierno en su elección, no exactamente en él.

Le puse todas las fichas a la entrevista de la actriz y cantante de “Grease”, en la que además intervino Karen Doggenweiler y, en último momento el minero Edison Peña.

El encanto de Olivia me dejó pegado a la pantalla, se expresó tal como canta. Y canta tal como antes. Su cara no esconde el paso de los años y sus ojos transmiten esa ingenuidad que no parece haber perdido desde la película con Travolta.

Entre preguntas muy simples y un prolongado mensaje a las mujeres chilenas, acerca del cáncer de mamas, enfermedad que ella sufrió y superó, conquistó al público sin siquiera cantar una nota. Y eso que había un pianista en el escenario que, como música de fondo recordaba algunos éxitos suyos.

Pero ahí apareció el minero Peña. Contó su pasó por la televisión yanqui y sus improvisadas y débiles imitaciones de Elvis. Igual me entretuvo, pero Olivia aun estaba ahí sentada.

Tanto meter al rey del rock en la conversación, desarrolló la imaginación del halcón matinal, esbozando la idea de un dueto entre Presley y la inglesa cantante. Edison Peña, en un detalle que me sorprendió, comenzó a entonar las primeras líneas del tema “Summer nights” en un clarísimo inglés (recuerdo que su imitación de Elvis no cuenta con un conocimiento de las letras de los temas) y justo en el tono original, absolutamente solo, sin acompañamiento alguno, a lo cual Olivia respondió siguiendo con su parte, sentada, sonriendo (quizás tan sorprendida como yo) y tan afinada y dulce como toda la vida ha sido.

Cantaron solo un trozo, el pianista apenas alcanzó a acoplarse, pero bastó para sorprender al mismo Felipe, quien dijo que no había sido capaz de hacerla cantar en toda la entrevista (tal vez establecido por contrato) y el minero lo había logrado, así como así, en un par de segundos.

Que tan importante puede ser ir a Estados Unidos a dar una entrevista y correr una maratón, si acá mismo, en su propio país, se transformó en el único chileno que pudo cantar con Olivia Newton John.

Genial, un lujo que cualquier programa de televisión hubiese querido tener en exclusiva.

Pero no todo es perfecto.

No me ensañaré con el grupo de lolas que salieron cantando (doblando) un tema, ya que entre ellas había una muy linda que tiene la discapacidad de no tener desarrollados sus brazos. Y no me ensañaré, ya que finalmente todo giró hacia un mensaje de apoyo a la Teletón de este año. Lo de la canción fue una anécdota.

Sin embargo el punto más bajo, el más débil y que, lamentablemente no desaparece del programa, es la participación de “Las Natalias”. Estas mujeres de igual nombre, aparecieron vestidas con una sobrecargada moda ochentera. La respuesta a estos extraños atuendos era que la competencia estaba ganando en rating y que había que ponerse a tono pues a la gente le gustan los 80’. Bien raro el argumento, por decirlo de alguna forma.

Fomes. Pero muy fomes.

Una de ellas, actualmente participa del programa “A/Z” junto a Fernando Larraín y la otra, participa, aunque no sé si aun lo hace, en el programa de Chilevisión “El club de la comedia”.

Una característica que tienen, es absolutamente heredada del programa humorístico mencionado. Me refiero a lo forzado y sobreactuado de sus libretos y actuaciones. Con un lenguaje y una apuesta bastante atrevida, no suenan ni siquiera irónicas ni mordaces como parecieran querer ser apreciadas. Por momentos se quedaron en blanco y disimuladamente involucraron a Camiroaga en el tema, a la manera de los payasos, cuando siempre hay un personaje serio que se llama “bandejero”, cuya función es dejarle literalmente “en bandeja”, mediante frases o comentarios serios, el espacio para que el otro los tergiverse o responda mal o con un chiste. Pero creo que no funcionó. El halcón también se vio medio confundido. En fin.

La pobre presentación de estas muchachas termina con una canción, la cual usa la base musical de “La voz de los ochenta”, pero con otra letra.

Y seria todo.

Las Natalias están trabajando y eso lo respeto, pero la rutina es mala, creerse el cuento de ser irónicas y deslenguadas les sale muy forzado y sobreactuado. Falta ensayo, falta una propuesta seria, trabajada, estudiada, una rutina breve igual puede tener cambios de ritmo. Acá las dos hacen lo mismo cuando podrían, perfectamente, jugar dos roles diferentes como la tonta y la sabia, la fácil y la pacata o, simplemente, la seria y la chacotera. Basta revisar algunos dúos exitosos en la historia del humor del mundo. No pueden ser ambas iguales.

Fue lo más malo de esta noche.

Qué pena tener que ver algo así después de haber visto y escuchado a Olivia Newton John.


martes, 9 de noviembre de 2010

MAS NOBLE QUE UNA "CH"


Una fugaz revisión de un noticiero, me mostró algunos de las últimas modificaciones que ha hecho la RAE a nuestro idioma. Es probable que cuando esté más informado pueda comentar algunas de ellas, pero por ahora solo me referiré a la que más se publicitó en televisión.
Entiendo que la Real Academia Española, establece las normas para el uso correcto de nuestro idioma, el cual es hablado en muchos países, en algunos más mal que en otros.
En las noticias se mostró una improvisada encuesta callejera, en donde la gente opinaba acerca de que la palabra “Chile”, el mismísimo nombre de nuestro país, desde que entren en vigencia estas nuevas normas, empezaría a escribirse con “C”, en lugar de “CH”. Se mostraron imágenes de archivo en donde grupos de personas gritaban el “ceachei”, esta manifestación que no nos deja un segundo tranquilos y que siempre encuentra la situación para imponerse.
Mientras se cuestionaban algunas personas por el grito y su eventual escritura o pronunciación, me quede pensando que el grito no se ve para nada afectado con este cambio tan raro. Claro, si antes uno podía deletrearlo “CH – I”, y pronunciarlo así, también uno puede, con la misma energía de nuestro grito característico, decir “C – H – I”, e igualmente está bien dicho, creo yo.
Pero luego de unos pocos minutos, y buscando como podría afectarme en la vida esta nueva norma, encontré una terrible secuela.
Sería muy chocante ver que uno de las imágenes más fuertes de nuestra infancia, que representa al más importante antihéroe que yo conocí en la televisión, ya no será la misma.
Cómo voy a permitir que la RAE, que también está presente en México, modifique el escudo de aquel ser más ágil que una tortuga y más noble que una lechuga. Me niego a creer que el corazón impreso en el pecho del Chapulín Colorado, presente una gigantesca “C”, en lugar de la “CH” que tan característica ha sido desde que yo tengo memoria en televisión. Hay que recordar que el Chapulín fue el primer personaje de Chespirito, pocos años antes que el Chavo del 8.
Siempre se le consultó a Roberto Gómez Bolaños, a qué se debía qué gran parte de los personajes o accesorios usados en sus series los bautizara con nombres que empezaban con la letra “CH”. Algunos ejemplos de ellos son “Chaparrón Bonaparte”, la “Chimultrufia”, el “Chómpiras”, el “Chipote Chillón”, el doctor “Chapatín”, las pastillas de “Chiquitolina”, en fin, hay varias más. Ante esta pregunta él siempre respondió que al comienzo fue una coincidencia, pero que luego lo empezó a tomar en serio y lo hizo con intención.
Pues bien, ahora resulta que todos esos nombres comenzarán a escribirse también con la letra “C”. Lo triste de esto es sacarme la imagen que tengo en mi memoria de ese corazón gris claro, casi blanco con una gran “CH” gris oscuro, casi negro, que el Chapulín Colorado cargo siempre y que copaba la pantalla de mi televisor (y digo con propiedad “mi” televisor), imagen que pronto cambió por un corazón amarillo y una “CH” roja.Ahora el corazón debe llevar una “C” en el centro, me niego a aceptarlo

lunes, 8 de noviembre de 2010

PERDIDO !



Un ciber café, casi al final de la Avenida Argentina, demuestra en su letrero hacia la calle, haber obtenido el nombre a partir de esta popular serie norteamericana.
Nadie puede negarlo, no sólo basta ver el nombre escrito en inglés, además la gráfica del fondo muestra claramente un paraje isleño, fácilmente asociable a las locaciones en las que se grabó la serie. La isla en donde los protagonistas se habían perdido, o al menos algunos rasgos de ella, hacen el fondo en donde un sencillo microempresario, escribe la palabra “¡LOST!”, en un perfecto inglés salvo por un detalle que el idioma de los gringos no contempla: tanto los signos de interrogación como exclamación, en el idioma inglés, sólo se escriben al cerrar las oraciones. El concepto de “abrir pregunta”, o “abrir exclamación”, no existe en ese idioma. Entonces, la forma correcta de escribirlo es “LOST!”.

COLACIO + $200 = COLACION = $1.600.-


Muy poca sensibilidad tienen las brochas gordas, por eso se diferencian con los pinceles. Esto no lo sabía quien escribió con gruesos trazos estas anchísimas letras, para publicitar lo que se puede comer en la fuente de soda. Este local se llama La Cascada, y está ubicado en calle Bellavista esquina O’Higgins.
Bueno, olvidé mencionar que una de las cosas que allí se promociona por la siempre módica suma de $1.400.- es una “COLACIO”. Supongo que si pido una “COLACION”, podría costarme unos $1.600.-, considerando que al parecer cada letra de la palabra tiene un valor de $200.-

POLLO AVE JADO


Está más que claro que en este restaurant, cuyo nombre no amerita ser destacado aquí, aceptan como forma de pago los cheques Sodhexo, de ahí la escritura repetitiva de la marca que provee este servicio cómodo y conveniente.
Además de eso, tenemos que dentro de este económico menú, se encuentra el siempre apetitoso pollo arvejado. El delicioso pollo rodeado de estas pequeñas esferitas verdes llamadas “arvejas” y no “arverjas”, se denomina “pollo arvejado” y no “arverjado” ni “avejado” como dice el precario aviso de este local.

COSTO TRABAGO


La vieja y querida mala costumbre de llenar de puntos los avisos. Ocurre con frecuencia en este tipo de avisos hechos a pulso y que promueven el arriendo de piezas o pequeñas casas.
Tan particular como la excesiva puntuación, que sin duda es un error gramatical notorio, es la escritura de la forma verbal “trabajen”, claramente escrita como “trabagen”.
En la unión de la “g” y la “e”, la letra del gato se pronuncia muy parecido a la “j”, pero el verbo “trabajar” es regular y en todas sus formas, la “j” no se rinde y permanece ahí todo el tiempo. La persona que escribió esto, probablemente no hiló tan fino y simplemente no tenía por qué saber eso. Pero a la vista es un poco chocante. Como algunas conversaciones de chat en donde he visto esta misma palabra. Ahí no es perdonable.

martes, 26 de octubre de 2010

¿SOBRENATURAL O SOLO PIPI?


La mañana del día lunes, el clásico comienzo difícil de la semana, debe ser aun peor para los conductores de noticias que abren las transmisiones.

Nunca dan muestras de sueño, nunca se les ve insinuar un bostezo y nunca permiten que el maquillaje les deje a la vista las ojeras o caras largas. Ahí están, impertérritos y sobrios con sus noticias.

Este lunes fue raro.

En el ya habitual zapping mañanero, ocurrió que en el programa En Boca de Todos, de Canal 13, la pequeña Constanza Santa María, dijo muy relajada “…son ya las ocho con treinta y seis minutos…”. Eso no tiene nada de especial si pensamos que dicen a la hora a cada instante y además, ésta aparece en pantalla ininterrumpidamente durante todo el programa. Lo particular de la situación es que en realidad eran las 06:36 am. y la “Cony” solamente se equivocó, o tal vez fueron más fuertes sus ganas de salir antes del trabajo.

Exactamente veinte minutos más tarde, pero esta vez viendo el noticiero matinal de TVN, la bella Mónica Rincón, también dijo la hora, y no se le ocurrió nada mejor que decir “…son las ocho con cincuenta y seis minutos…”. Quizás tenía ganas de ir al baño o al igual que la periodista del 13, quería irse antes de la pega. Claro, si eran recién las 06:56 am.

Una extraña coincidencia en dos jóvenes y guapas profesionales de las noticias, en las dos estaciones más importantes del país y, sobre todo, en el mismo segmento horario.

A lo mejor ambas fueron la noche anterior al mismo carrete.


RECTIFICACION


Cosas de la vida, como si me hubieran visto escribir o hubieran leído algo al respecto, sin proponérmelo, recibí en mis manos este papelito.

Se parece mucho al que está más abajo, claro, si en el fondo es casi el mismo.

Justo cuando ingresaba a las dependencias de la Municipalidad de Valparaíso, ubicadas en la Avenida Argentina, recibí este “flyer”.

Grande fue mi sorpresa cuando empecé a leerlo con la clara intención de encontrar aquel error, y ya no estaba.

El documento promocional fue impreso de nuevo. Las letras del texto y los íconos de los patrocinadores son más pequeños. Lo único rescatable es que repararon el “condoro” y ahora la plaza en donde se desarrollarán los eventos se llama Plaza “Sotomayor” y no “Soto”.

Valoro que alguien haya leído esto y lo haya corregido.

Dudo que fuera el alcalde en todo caso.

Lo siento negro, así no más es.

NO HAY CASO...


En plena Plaza Victoria, está instalado un pendón bastante grande, en la dirección de Av. Pedro Montt, el cual promociona la actividad relativa al concurso que premiará a la mejor chorrillana de Valparaíso.

Mi veredicto al respecto está claro hace mucho rato, y lo manifesté en esta misma página.

Pero resulta que en ese anuncio está la lista de los restaurantes participantes y en ninguna parte aparece mencionado el restaurant “El Dominó”.

Por supuesto que en la lista figura el J. Cruz, el eterno candidato a ganar este premio, pero por lo menos es un restaurant tradicional y que ha hecho famoso a este plato típico del puerto.

Pero no entiendo por qué en la lista están incluidos el Tabike y el Pimentón, este último un restaurant muy nuevo y que no se caracteriza por la tradición de preparar este plato. Tampoco figura el Tu’tucan, bastante más antiguo que el Tabike y que hace chorrillanas muy ricas.

En fin, quizás se trata de tener que pagar una inscripción (no sería sorpresa), quizás alguien elige arbitrariamente a los participantes, quizás los premios, canjes o convenios no son convenientes o, simplemente, no postulan pues no se quieren arriesgar a “no ganar”, lo cual podría implicar de alguna forma un desprestigio para el negocio.

En este caso, viendo la lista de participantes, si ya le tenía poca fe al concurso, ahora ya no le doy ningún crédito.

Sigo votando por la chorrillana de El Dominó, la del puerto real, no la exportación.

A LA FUERZA


El centro de Valparaíso está lleno de afiches en donde aparece este personaje.

Pero el puerto está lleno de ellos, en colores, en blanco y negro, promocionado tocatas, viajes a tocatas, fiestas, en fin. Eso es gratis. Ilegal pero gratis.

Esto que se muestra en la foto no es gratis. Y si lo es, seguramente hay que gestionarlo durante mucho tiempo en la Municipalidad.

Además de eso, el otro día vi en plena Avenida Pedro Montt una joven de polera blanca con una bandera con el mismo rostro de esta fotografía.

No tengo la más remota idea de quién demonios es esta persona (nótese que no he querido averiguar aun en la red, prefiero que mi ignorancia sea genuina).

Por ahí pregunté y me dijeron que se trataba de un cantante, ex integrante de un conocido dúo. Me imagino que extranjero.

A simple vista parece más la visita de un pastor de alguna religión. De otra forma no me explico esos eslóganes como “Sí a la vida” o “buena música, buenas noticias”. En ese caso, si fuera un pastor o un predicador de cualquier doctrina o culto, tampoco me encaja el hecho que alguien lo esté promocionando o mejor dicho, postulando, como en una elección democrática, a participar en el Festival de Viña. Obviamente se está aprovechando su presencia en un espectáculo en la Quinta Vergara para empujarlo al festival, como si fueran experiencias parecidas.

No hay caso.

No sé quien es Andrés Palau ni a qué se dedica. Lo que sí puedo asegurar con mucha autoridad, es que si sigue con este tipo de promociones o publicidad, jamás llegará al Festival de Viña, y la razón es muy simple, se está (o lo están) postulando al Festival de Viña del 2010, evento que finalizó hace mucho rato y una noche antes de lo previsto a causa del terremoto del 27 de febrero.

Así que lamento comunicarle que no podrá ser, y si quiere estar en el Festival de Viña del Mar, tendría que ser para el 2011 que, casualmente, es el que se realizará en febrero próximo.

De pasadita, en este tiempo que resta, tal vez las radios y canales de televisión le den una manito y pueda al menos saber quién es y qué hace, como para que no cante dos canciones y se vaya sin pena ni gloria de ese escenario, como le ha pasado a muchos.

Por otra parte, mi memoria festivalera (que no es tan mala) me dice que cuando la publicidad trata de meter a la fuerza a un artista en el festival, el monstruo no siempre lo respalda.

Espero que no sea un predicador.

Si es cantante, espero no desear que haya sido un predicador.

Al menos la publicidad callejera ya incluyó ese nombre en mi catastro.


LA CULTURA NO PARA


Y seguimos con el tema de la cultura.

Otra vez Valparaíso se pone con la cultura presentando esta actividad llamada “Forum Universal de las Culturas”. Al parecer consta de diferentes manifestaciones artísticas en variados lugares del puerto. Al menos eso puedo rescatar de este volante, que en otras épocas se llamó panfleto y que hoy se denomina “flyer”. Me lo dio una lola en las afueras de la tienda Ripley, quizás a modo de corazonada lo acepté, como queriendo buscarle el lado malo al asunto.

Lo primero que me llamó la atención fue que no entendí la diferencia entre vivir Valparaíso y vivir la cultura. La primera aparición del verbo “vivir” está en mayúscula, sin embargo la segunda no.

Pero lo más curioso es que, el mismísimo alcalde de la ciudad, aparece invitando a todos sus amigos porteños a este evento que dura cuarenta días. Como todo alcalde que se precie de tal, mínimo debería conocer su ciudad, y saber que no hay ninguna plaza (al menos donde se realicen este tipo de espectáculos) que lleve el nombre de “Soto”.

Alguien puede pensar que es un comentario insidioso, que es fácil suponer a qué lugar se refiere. En el fondo yo también lo sé. El problema es que el alcalde de puerto no puede abreviar un apellido y menos cambiarlo.

Seré honesto, no yo ni nadie cree que este texto lo redactó el alcalde. Menos que tuvo la delicadeza de revisarlo. No insinúo con esto que él pueda tener una ortografía o redacción inmejorable, no sé nada al respecto, sólo digo que dudo que tenga tiempo y dedicación para estos detallitos promocionales.

Así que dedico este texto a sus asesores, espero nunca escucharlos hablar, y menos sobre Valparaíso.

Esto me hace recordar a un amigo, él se refería a la Plaza Aníbal Pinto como “Plaza Pinto”. No sé por qué. En cualquier caso, este amigo no es oriundo del puerto, quizás pudo tener otras costumbres o simplemente olvidar el nombre de aquel presidente de Chile.

Bueno, asesores del alcalde, la plaza donde se desarrollan siempre este tipo de eventos (además del desfile del 21 de mayo), frente al CNCA, se llama “Plaza Sotomayor”, no Plaza “Soto”.

Así se llamaba una pensión que ya no existe. ¿O existe aún?



viernes, 22 de octubre de 2010

OTRA VEZ UN ACTOR


Lo que son las cosas.

Nuevamente, otro día jueves y el siempre descongestionado zapping me deja caer en Canal 13, más exactamente al momento de la emisión de “¿Quién merece ser millonario?

Me parece que se trataba de un programa especial en que algunos personajes conocidos hacían pareja de concurso con parte de los mineros rescatados de la mina San José.

Por ahí divisé a Joaquín Lavín acompañando a uno de ellos. No sé cuánto dinero alcanzaron a recaudar respondiendo preguntas, ni el nombre del minero, sólo recuerdo que el Ministro de Educación acompañaba a quien le solicitó ayuda para continuar la formación profesional de su hijo.

En otra vuelta a caer en el programa de los millones, ya se encontraba concursando Franklin Lobos, el ya famoso ex futbolista rescatado del centro de la tierra. Su compañero de tareas culturales en este caso, era el actor Juan Falcone.

Hace algunas semanas atrás, antes del rescate de los mineros, este actor tuvo una fugaz y poco afortunada aparición tanto en programas de farándula como en algunos noticieros por problemas con su pareja. Aun así parece que la gente, y sobre todo las señoras, sienten especial atracción por este maduro galán de teleseries.

Pero sus actuaciones en televisión o sus problemas personales no son mi tema hoy.

Lamentablemente, la participación del cubano en este programa de preguntas y respuestas, parecía normal hasta su momento negro. Un momento negro del cual yo creo que ni se enteró. En realidad yo lo veo así.

Me hizo recordar el papelón del también actor Pablo Schwartz, en el mismo programa hace algunas semanas atrás. Algo me dice que esto fue peor.

El actor chileno en su momento no supo sobre un tema sobre el cual cualquier persona mayor de treinta y cinco años, y en cualquier parte del mundo debería conocer. Pero a Pablo le concedo el derecho a ignorar acerca de ese tema, aunque ya lo destrocé anteriormente (ver artículo aquí), lo que sucede es que el caso de Falcone no amerita piedad.

Ignorante somos todos, pero no puedo perdonarle a un actor profesional, que vive de un trabajo gracias al cual todo un país lo reconoce, que no sepa acerca de su propio rubro.

La pregunta le otorgaba a Juan cuatro alternativas para responder cuál era el actor protagonista de la película “El origen”.

Reconozco mi más absoluta ignorancia en lo que a cine se refiere, ya que no veo cine ni leo al respecto. Sin embargo los constantes bombardeos informativos a través de diversos medios, a veces hacen inevitable saber cosas que uno no se propone siquiera recordar. En esa situación, aun sin tener las alternativas, yo supe de inmediato que el protagonista de aquella película es Leonardo Di Caprio. Y eso que ni siquiera vi la historia esta.

Pero ocurre que se estrenó en los cines chilenos hace poco, creo que un par de meses atrás. No tengo idea si fue un éxito o un fracaso comercial o si ganó algún premio o no, sólo sé. Pero vi promociones por ahí.

Bueno, esto que yo sabía, Falcone no lo tenía ni en mente. Tanto fue, que angustiado, se atrevió a solicitar la ayuda de un comodín y eligió la opinión del público. El respetable fue implacable. Más de un 70% optó por Di Caprio y el porcentaje restante se dividió en las otras tres alternativas. La cara de asombro del cubano fue notoria, seguro debió pensar en la plancha que estaba pasando, constatando que la respuesta era prácticamente de conocimiento popular y él, que trabaja en lo mismo que Leo, no tenía noción sobre cuál era la película más reciente que hizo el protagonista de “Romeo y Julieta” o “El Aviador” entre muchas otras (¿cómo estuve?, y eso que no lo leí en internet).

Es comprensible no tener conocimientos acabados acerca de historia o de seudónimos de pintores, pero un actor que no sabe sobre una película de hace un par de meses, no tiene perdón.

Me pregunto si Juan está en el gremio de los actores que luchan por la “cultura” y se visten y adornan con sus beneficios proyectando una imagen que sólo queda en eso, y además les queda grande.

Espero que él no se jacte de ser culto, por el bien de sus colegas.

Quizás es amigo Schwartz.


jueves, 21 de octubre de 2010

JUSTICIA


Aprovecho de escribir esta nota, unos días antes, creo yo, antes de que se lleve a cabo la elección de la mejor “chorrillana” acá en mi puerto querido.

Claro, ocurre que en el noticiero de Canal 13, la noche del martes, en su sección regional, se refirieron a este plato como típico de la ciudad de Valparaíso. Quizás tengan razón, es posible que así sea.

Si mi memoria no me falla, me parece que este concurso, cuya data desconozco, el año pasado lo ganó la chorrillana que se prepara en el turístico J. Cruz, en un escondido y oscuro pasaje en la calle Condell. Recuerdo que no estuve de acuerdo con este veredicto ya que, si bien hace tiempo que no la consumo en ese lugar, sí lo he hecho en otros restaurantes de la ciudad.

Digo esto porque, me parece un resultado antojadizo y demasiado predecible, ya que existe una suerte de campaña que promociona la chorrillana de ese lugar, casi incondicionalmente, a ojos cerrados. Muchas personas de otras ciudades sólo buscan ese lugar para probar el plato. Es un juicio dirigido por la historia y los buenos comentarios más que por que realmente sea la mejor.

Personalmente he comido muchas chorrillanas acá, y debo reconocer que en más de una oportunidad me serví una de tamaño familiar yo solo. Pero ocurre que eso me permite emitir un voto más informado por la experiencia y no por la tradición.

Aunque los propietarios del J. Cruz se adjudiquen su creación no son por defecto los que la fabrican mejor. Los ingleses inventaron el fútbol y no arrasan con éxitos en este deporte.

La historia afirma algo: se inventó en el puerto.

Los ingredientes básicos son las papas fritas, huevo, cebolla frita y carne picada. Obviamente todo esto tiene detalles de preparación y condimentos, pero en el fondo eso es lo que toda chorrillana debe tener como mínimo.

Hay muchos lugares en donde se prepara este plato, y yo lo he probado en varios de ellos. En el Navoli, por ejemplo, es un tanto deslavada, en el Tu’tucan se ve muy ordenada, es rica y se conserva caliente hasta casi el final. En el Mastodonte, al menos hace años atrás, era una patada al estómago, sabrosa, con mucho condimento y chorizos, vienesas y queso, pero no recuerdo si venía con un bono FONASA de regalo. Parece que te regalaban un corcho.

Volviendo al concurso, este año, espero que quienes tengan la envidiable labor de probarlas, realmente lo hagan.

Yo, desde hace mucho tiempo no cambio mi voto.

La única chorrillana que he probado en el último tiempo en donde las papas fritas son cortadas a mano y no vienen en esas gigantes bolsas que se compran y se conservan, tiene queso en tiras más o menos gruesas, carne, cebolla, huevo y una gran hoja de lechuga en el fondo. ¿La reconoces? Ese olor a comida del puerto, ese sello que solo tenía la mamá o la abuela de pelar y cortar la papa tan irregularmente como ninguna máquina puede, el queso en tiras casi derretidas sobre todo el plato humeante, y la hoja de lechuga que yo no soy capaz de dejar en el plato, son detalles que se pueden ir a disfrutar al Dominó.

No es la pizzería que está en Viña. Este es un restaurant muy particular ubicado en calle Cumming.

Su chorrillana quizás no es la más bonita, su presentación podría catalogarse como descuidada incluso, pero se hace en Valparaíso, y este puerto es así, tal cual.

Este año espero que se haga justicia con la que, yo creo, es la mejor chorrillana de esta ciudad. Dejen tranquilo al J. Cruz, ellos seguirán con la historia, las tradiciones y los recuerdos, sin embargo yo recomiendo este plato porteño en un recinto que además de ser, parece porteño: El Dominó.

Con una cerveza al lado queda mejor aun. Cosa de gustos.


lunes, 18 de octubre de 2010

ASI SON LAS MARCAS


Es increíble que no tenga que caminar tantos metros para encontrarme día a día con estas muestras de pereza de mis coterráneos porteños.

Acostumbrado a presentar imperfecciones en la escritura de mis vecinos, en el caso de palabras de origen extranjero, tiendo a ser un poco más cauto. Por eso es que finalmente este tipo de situaciones obedecen, en un principio a cierta ignorancia, sin embargo, la publicación de palabras mal escritas también demuestra el poco interés en averiguar cómo se escriben correctamente. Generalmente ante una duda uno puede echar mano a sus conocimientos sobre sinónimos, pero en este caso, se trata de palabras extranjeras, más exactamente, marcas de vehículos motorizados.

Donde dice “FOR”, evidentemente debería decir “FORD”, y donde dice “CHEVROLEC”, debe decir “CHEVROLET”.

Debo considerar eso sí, la preocupación por imprimir una hoja decente con el aviso, además, otorgaré el derecho que tienen algunas personas a sufrir descuidos y supondré que al escribir la primera marca, sólo hubo un error al teclear y por eso falta la “D”. Con respecto a la otra falta, no hay beneficio alguno que la salve.

Insisto, siempre se puede preguntar antes de escribir. Sobre todo como en este caso, si el dueño del vehículo tiene papeles en donde aparecen todos los detalles. Nótese que este camión y su “nuevo” motor están con los “papeles al día”, cosa que se puede probar ya que se ve que la revisión técnica tiene fecha de control para Febrero de 2011. Los milagros existen.

¿PARA QUE COPIAR?

En el programa “Cada día mejor” de La Red, apareció un grupo tropical que yo no conocía, se trata de “Nazareno”.

Al parecer llegué tarde a su aparición primera en este programa, y cuando se presentaron por segunda vez, entiendo que ya hacia el final de éste, fueron convocados a interpretar su más reciente éxito. Yo supongo que debe ser parte del material de un nuevo disco.

Y ahí estuvo Nazareno con su tema “Hechizado”.

Mientras en unos pocos segundos, cuando el tema aun no sonaba y sólo por oír el título, yo ya estaba asociándolo (antojadizamente por cierto) al tema “Embrujo” que interpreta Américo, éste comienza y ante mis vírgenes oídos, suena una copia descarada de la introducción musical del tema que me había imaginado.

Se copiaron algunas notas y figuras en los arreglos de los bronces y como si eso no fuera suficiente, también esta introducción se repitió dos veces, al igual que en el tema que canta Américo, incluyendo una nueva trompeta en la segunda vuelta de la introducción, que en términos sencillos, aparece como haciéndole coros a la inicial.

Afortunadamente la melodía, en una apreciación rápida, no tiene gran similitud con el éxito del ariqueño, sin embargo en su letra, en lo que vendría a ser el estribillo, repite “…hechizado, hechizado… embrujado, embrujado…”. Al final, la idea es casi la misma.

Lamento mucho este evidente intento por agarrarse del suceso musical del año 2010, con el fin de pretender lanzarse a la fama.

Espero puedan escucharlo y formarse su propia opinión. Técnicamente no es un plagio, pero no hay que ser tan entendido en la materia para reconocerlo.

Después de todo, al final del programa, no sé si en tono de broma sarcástica o en serio, Alfredo Lamadrid despide a este grupo y luego nombra a los invitados que tendrá en su programa “Mesa reservada”, entre ellos menciona a Américo y agrega “…que es un gran amigo de Nazareno…”, mientras se oyen tímidas risas en el estudio.

martes, 12 de octubre de 2010

OTRA FAZ DE RECTO


El mismísimo día 18 de Septiembre, iba al interior de un microbús camino a Viña del Mar, a eso de las cuatro de la tarde, cuando en el sector de Recreo sube una lola de pelo claro, sin nada en las manos y, para que estamos con cosas, de una apariencia que no decía nada acerca de problemas económicos. Alcancé a notar que se generó una pequeña discusión entre ella y el chofer de la máquina, debido a que ella presentó su pase escolar al subir, con el evidente propósito de obtener tarifa rebajada.

En una rápida visión virtual al pasado, que se produjo en mi mente, recordé lo difícil que era pagar tarifa escolar en mis tiempos de joven estudiante.

Por ejemplo, cuando fui al funeral de Gabriel Parra, baterista original de Los Jaivas, tuve que andar con un cuaderno y un lápiz, para acreditar que andaba en gestiones relacionadas a mi colegio, aun cuando esa triste mañana de abril de 1988, me presente al evento proveniente de un ensayo de la banda de guerra de mi liceo. Lo mismo hice una tarde de ese mismo año creo, cuando me vine de Viña al Fortín Prat, a un concierto de Los Prisioneros. Sin cuaderno, prácticamente no eras estudiante. Ya un tiempo después, recuerdo aquellas tardes de cine, los días miércoles de 1990, cuando salíamos del aula Magna de la Universidad Santa María y bajábamos corriendo las escaleras hasta la Avenida España para subirnos a una micro antes de las 21:00 hrs., hora en que expiraba el beneficio de la tarifa rebajada. Y era complejo. Muchas veces teníamos que pelear unos minutos más o menos con el chofer y confrontar los tiempos de nuestros relojes sólo con el objetivo de no pagar más, sencillamente porque no teníamos más dinero (el cine también cobraba tarifa especial con el pase escolar de cualquier universidad).

Pasamos muchos malos ratos con los límites horarios de este beneficio, cuando los choferes se detenían pacientemente a leer la información de la credencial antes de recibir el dinero y dar el boleto.

Es cierto que los tiempos han cambiado y el beneficio se ha expandido en horario y en instituciones, ya que antes, los colegios y las nacientes universidades privadas no estaban incluidos.

Pero de un tiempo a esta parte creo que los jóvenes han adoptado una postura de rebeldía ante el beneficio, queriendo prácticamente disponer de un pase liberado para la locomoción colectiva. Es decir, contar con el beneficio sólo por el hecho de tener el “estatus” de estudiante y no para facilitar sus actividades y desplazamientos.

En el contexto de que ser estudiante y sobre todo universitario, genera de por sí una necesidad de participar de algún conflicto cualquiera que éste sea, y además una inquietud por dejar huella o por conseguir logros extra académicos, siempre se encontrará alguna bandera de lucha. Una de ellas, la eterna pelea por la rebaja del pasaje escolar.

Pero resulta que si el estudiante, sólo por el hecho de serlo, pretende ir de vacaciones al sur, o a surfear, o a recorrer Chile con su pase escolar, no me parece tan justo. Sobre todo porque hay familias que sí requieren con mucha urgencia que sus hijos paguen tarifa rebajada, más aun cuando ya las mensualidades son altísimas y esto se transforma en gran ayuda. Pero si un grupo de universitarios se toman cinco litros de cerveza en un bar y luego se suben con un evidente hálito alcohólico a un bus mostrando el pase escolar, me parece un abuso.

Por eso no puedo aceptar que una estudiante, solamente acreditando que tiene esa cualidad, muestre su pase escolar para pagar tarifa rebajada el mismo día en que todo Chile estaba celebrando el bicentenario y nadie estaba asistiendo a clases en ningún lugar.

En esa ocasión, el chofer invitó a la joven a que leyera el aviso que tenía pegado a sus espaldas, cosa que ella no quiso hacer, aunque luego se sentara justo allí. El aviso es muy claro y aparece en esta fotografía.

Reproduzco el texto: “ATENCION ESTUDIANTES: EL PASE ESCOLAR PERMITE EL TRASLADO SOLO DE LOS ALUMNOS REALIZANDO VIAJES CON MOTIVOS DE ESTUDIO”.

Las palabras que puse en negrita, son las que en el aviso aparecen entre comillas. Yo habría cambiado el texto y habría usado la palabra “SOLO” a continuación de la palabra “VIAJES”. Pero bueno, más allá de eso, abajo me pareció ver que este mensaje cuenta con al apoyo del gobierno de Chile, aparece nuestro nuevo y controvertido logo en su parte posterior, además de un Decreto Supremo que no distingo.

En resumen, no es un aviso escrito con un plumón en la ventana ni en una hoja de cuaderno. Al parecer es oficial.

Y yo lo apoyo. Los estudiantes hoy más que antes, abusan de estos beneficios, como quedó demostrado con el sistema de becas alimenticias y que se transformó en una buena forma de comprar cerveza sin dinero.

Hay gente que de verdad necesita movilizar a sus hijos estudiantes de forma económica, mientras que otros pretenden hacer turismo con la credencial de descuento. Lo de esta niña me causó molestia, me parecía que ella podía pagar $ 380.- y no tenía necesidad de discutir con el chofer por ahorrarse $ 200.-

Me tinca que estuve frente a un exceso de personalidad.

ALGO PARA VER


Cada cierto tiempo me topo con la necesidad de destacar algún spot comercial que he visto en televisión.

En este momento y antes que afloren en pantalla los lacrimosos comerciales de las empresas que hacen negocio con la Teletón, he visto un comercial que no he podido grabar pero que definitivamente me llamó la atención.

Me pondré el parche antes de la herida. Se trata del comercial de un banco, por lo mismo, advierto que no consideraré críticas con respecto a los montos de que se dispone para una campaña de tal magnitud, ese no es mi punto.

Me parece que se trata de un grupo de comerciales que el BCI ha puesto al aire con motivo del bicentenario de Chile, vinculando la historia del país con la del mismo banco.

Al que yo me refiero es uno que relata el ya maduro actor Cristián Campos, que comienza contando la historia, a partir de su fundador, el señor Juan Yarur Lolas. Debo reconocer que con un simple vistazo a los dos apellidos, no creo que alguna vez don Juan haya sido pobre, es decir, parto de la base que en la primera mitad del siglo veinte, este señor no era un simple mortal, debió ser un gran empresario chileno.

Lo que rescato es la forma resumida pero clara en que se expone la historia, con documentación gráfica y audiovisual muy potente. Un relato pausado y certero de Campos ayuda a comprender todo, además de involucrar al televidente con la historia, por lo menos a los que tenemos cierta sensibilidad con la historia documentada de nuestros antepasados, sus costumbres y espacios.

Así nos muestran al Banco de Crédito e Inversiones, desde su nombre completo, hasta la imagen corporativa que tiene en estos días, siempre ligado al país y su historia. El spot, tiene una pequeña introducción antes de moverse por la línea del tiempo, y al final una mención visual a los que podrían ser algunos patrocinadores de este tremendo proyecto publicitario. Digo tremendo ya que el comercial sin la introducción y el final dura aproximadamente tres minutos, una cantidad de tiempo que en televisión, por conceptos publicitarios, es una fortuna.

En el momento final, el actor asocia la historia del banco con el bicentenario. Me parece emotivo, serio, sin elementos superficiales, sin ofrecer ningún producto especial, sin canciones pegajosas y sólo con material visual histórico.

Es verdad que cada aparición al aire de este larguísimo comercial, como ya insinué, debe costar muchos millones de pesos, y también es verdad que eso podría restarle mérito, sin embargo yo lo valoro. Se han invertido muchas cantidades de dinero en comerciales de muy mala calidad que vemos todos los días y que a veces pasan inadvertidos. Por eso le doy crédito a este spot. Felicito a quienes lo produjeron, el presupuesto no es mucho en su realización, lo caro es la tele.

Hicieron lo suficiente como para ponerle atención, lo agradezco, ya sé algo más del banco, lograron lo que querían por medio de algo interesante para ver.


viernes, 8 de octubre de 2010

NOCHE DE "LATE"


Así es el negocio.

Perdón, así es la televisión.

Tuvieron que esperar a que alguna productora se atreviera a poner en la televisión por cable, un programa nocturno, con un conductor, sillones, un pequeño escenario y un nombre en inglés, para que después de innumerables estudios de rating, focus group y quién sabe cuántas parafernalias más, los otrora dos canales más grandes de tv abierta, hicieran lo mismo.

Cnal 13 tiene “A tu noche le falta Aldo” y TVN tiene al programa A/Z.

Hacen lo mismo. La diferencia es que el joven Franzani tiene como apoyo a dos personajes que, a todo esto, me parecen completamente innecesarios, entre los cuales reconozco a Fernando Larraín.

Por otra parte, Schiappacasse se maneja solo. Con pocas notas sobre la mesa y una escenografía más amable, parece ser más entretenido. No debemos olvidar eso sí, que canal 13 lleva años tratando de hacer con él lo que TVN hizo la década de los noventa con Pedro Carcuro. Claro que el colorín contaba con bastante más presupuesto para escenografía, invitados, orquesta, en fin.

Resulta que Julio César rodriguez, es el conductor del programa del cable llamado “Sin Dios ni Late”. Esta referencia al dicho “sin Dios ni ley”, pero que usa la palabra “late”, la cual pronunciada en inglés suena parecido y en español significa “tarde”, es el formato sacado del extranjero, que la televisión abierta no se atrevió a probar (los músicos ahí son lo más bizarro, no sé ni siquiera si eso es bueno o malo, pero no me gustan).

Este es el formato llamado “Late Show”. No, no sólo en Estados Unidos, acá también se llama así.

Entonces, Canal 13 y TVN, ya tienen su propio “late show”.

Pero ¿alguien se acuerda del programa Noche de Gigantes?

Antes de que la hija de Don Francis tuviera pantalla para hacer su “Gigantes con Vivi”, en la década de los 80, Don Francisco ya tenía su propio “late show”. Sábados Gigantes empezaba pasado las dos de la tarde y duraba hasta la hora de las noticias. No es misterio lo que eso provocaba en los hogares chilenos. Una tarde sentados en familia viendo como los vecinos se ganaban un Fiat 600 o miles de pesos, o televisores “a color” como decía Mario Kreutzberger.

Luego de las noticias, el guatón copión aparecía en otro estudio, al medio del escenario, contando cosas cotidianas suyas o de la ciudad, que siempre terminaban en chistes, buenos o malos, no lo sé, pero sin duda era una buena transición entre las noticias y lo que él quería presentar. Después de estos breves minutos, se instalaba sentado detrás de su estrado, que tenía una fila de al menos cinco sillones a un costado. Siempre acompañado de un personaje estable durante todo el programa, algo como lo que hacía con “Yeruba” en las tardes.

Los invitados, a medida que iban pasando, eran entrevistados y cada vez que se sumaba otro, se iban cambiando de asiento, de forma que el recién llegado fuera siempre el más cercano al conductor. A ese paso, con todos sentados ahí, los temas se mezclaban y la conversación era inevitablemente entretenida.

Invitados de muy diversa índole, artistas, científicos, personajes tradicionales tanto chilenos como extranjeros, en fin, muchas personas pasaron por ahí.

No tengo duda de que ese debió ser el primer “late show” (como se dice ahora) de nuestra televisión criolla, o al menos lo primero que yo vi en ese formato. Me excuso si mi desinformación no me permite reconocer que hubo otro antes, lo que sí puedo asegurar, es que lo que se ve en nuestras actuales noches, es un mal remedo de lo que hacía “Noche de Gigantes”.

No me sorprendería que Mario hubiese copiado entonces el formato, si después de todo, siempre tuvo su mirada puesta en el país del Tío Sam y el tiempo le dio la razón, muchos premios y mucho dinero también.

Recuerdos mis noches de sábado en casa, a una edad en que no salía a carretear, viendo en familia, ese programa que ya todos en la actual televisión parecen haber olvidado o no reconocer.

Claro, como reconocerlo si no se llamaba “late show”.



INVASION CHUMBEQUE


Los “chumbeques”, están sobre poblando la ciudad.

Según pude leer rápidamente, esta palabra tiene su origen un un dulce o algo gastronómico relacionado a la zona norte de Chile o Perú. Más no sé.

Acá se le llama así a unos sitios en donde se apuesta con monedas.

Estos locales destinados al juego se están tomando cada rincón o local que pueda estar desocupado o por desocuparse.

Hasta un recordado bar en el que yo tocaba hace unos diez años atrás, en este momento se encuentra pintado de un llamativo color y lleno de estas máquinas.

La primera máquina que vi fue la famosa “cascada”, con un funcionamiento muy básico, que permite recaudar monedas sólo si la que uno deposita, cae en el lugar preciso y el momento justo para golpear al resto de las monedas.

De eso hace ya muchos años.

Ahora los sistemas se han sofisticado y los recintos también. Antes una o dos máquinas podían verse a la entrada (o salida) de una panadería o almacén. De un tiempo a esta parte se arriendan locales exclusivos en donde se instalan muchas de ellas y con diversos tipos de juegos.

Sólo en el centro de Valparaíso se han instalado dos locales que están convertidos en verdaderos casinos, con sus respectivas sillas altas, con permiso para fumar en su interior (lo que implicaría prohibición de entrar a menores de edad), alfombrados, con iluminación apropiada, etcétera.

Hace un tiempo, en la ciudad vecina de Viña del Mar, se prohibieron estas máquinas por ser consideradas “de azar”. Claro está que los juegos de azar se rigen por una ley especial y no pueden ser llevados a cabo en cualquier sitio sin autorización. O sea, están prohibidos. Por esta razón, en la ciudad jardín se incautaron y destruyeron muchas de estas unidades de juego. Mientras sus propietarios o inversionistas del rubro defendían la tesis de que se trataba de juegos “de destreza”.

Estando yo a kilómetros de entender el tema, me atrevo a postular que la sana “cascada” puede entrar en la categoría de juego de destreza, cosa que no me animo a afirmar pensando en otros juegos. Sobre la ley que regula esto yo no tengo ni idea, pero de que es un buen negocio, lo es. Sobre todo acá en el puerto, en donde no se han confiscado y al parecer eso no ocurrirá. Pagar un arriendo en calle Condell o en Av. Pedro Montt, no debe ser tan barato como para instalar estos verdaderos “casinos de pobres” que, dicho sea de paso, no están siendo visitados por gente de tan escasos recursos.

El negocio no me interesa, que la gente desperdicie su dinero ahí poco me importa. Lo que sí he reflexionado un poco, es que mientras estos juegos estén funcionando dentro de la ley, prefiero sin duda alguna que escondan las máquinas en estos recintos especialmente habilitados para ello, ya que es muy desagradable estar comprando algo o sólo pasando por un negocio y escuchar música de los teléfonos celulares acompañando el juego, además de varios socios del jugador, generalmente de aspecto, lenguaje y modos muy poco refinados. Sin ser discriminador, quien quiera jugar que vaya a esos lugares y que no contamine mi aire mi espacio y mis oídos, si es que yo no lo quiero.

Como decía alguien hace unos días, a propósito de la instalación de una disco gay en Viña del Mar, “es bueno que haya esos espacios, así se selecciona sola la gente y no incomodan al resto si no los quiere ver”. Algo así me pasa con los jugadores, más que con los juegos.

Otro día saldré a la calle a contar cuantas máquinas hay en un perímetro definido acá en el centro. Imagino que me sorprenderé, aunque hay otro detalle que no había mencionado, estos lugares nunca están llenos. Eso habla de lo rentable que puede llegar a ser incluso teniendo sólo dos o tres máquinas funcionando simultáneamente.

Tal como los edificios en la costa viñamarina, que nacen como callampas arrasando con tradicionales y bellas casas a causa de los millones de dólares que se recuperan con ese tipo de inversión, los “chumbeques” invadieron Valparaíso coartando la posibilidad de abrir cualquier otro tipo de negocio que de seguro sería mucho más aporte para los ciudadanos, con excepción de las farmacias y las importadoras chinas, que ya tenemos suficientes.