domingo, 21 de marzo de 2010

VEICULAR


Al parecer en este portón no puede haber estacionado ningún “veiculo”, ahora bien, si alguien aparece con un vehículo, puede ser que no tenga problema en obstruir la salida. Son sólo curiosidades de un estacionamiento en calle 14 Norte, en viña del Mar.

EN VENTA AGUIS


Es raro pero así es, este improvisado aviso dice claramente “APARECIOS LEY DE ALCOHOLES EN VENTA AGUIS 2010”. Que se puede agregar.

Se encuentra ubicado en un kiosco de Valpraíso en la calle Prat.

Me premitiré recordar a aquel señor de cabello y barba muy blancos, que tenía unos gruesos anteojos negros y que se ubicaba, cubierto de una impecable cotona celeste, frente al edificio del registro civil acá en el puerto. El durante muchos años vendió en ese lugar todas los textos de las leyes de siempre e incluso las nuevas que iban recien saliendo a la luz pública.

Ocurre que desde hace tiempo ese señor ya no es habido en ese lugar. Las últimas veces que lo vi, se encontraba en ese sitio pero sin vender nada, sólo con un letrero pequeño en el que denunciaba que “internet” lo había dejado cesante.

Por una parte suena coherente pensar en que ya nadie quiere comprar ni leer libros si toda la información está en la red. Pero igual yo me pregunto, ¿por qué este pequeño negocio anuncia con desesperación que dispone de esta nueva ley actualizada? ¿Acaso no está ya en internet? ¿Por qué entonces este viejito no sigue con su negocio si igual se puede vender el texto impreso?

Lo importante es que “aparecios” la ley.

viernes, 19 de marzo de 2010

SOLO CONDELL


Este letrero, visto por detrás, me pareció de bastante buena factura como para estar emplazado en la vía pública. Era todo de fierro y estaba empotrado en el suelo. No podía sustraerme a la curiosidad, por lo que, al pasar por su lado me volteé a leerlo, o por lo menos a saber de que se trataba.
Entonces me di cuenta que era un informativo, de esos que siempre hay cuando se ejecutan obras públicas, las cuales son financiadas con recursos de todos los chilenos.
En el marco de un ocioso paseo, me dediqué a leerlo como convencido que debía fotografiar algo en él. Seguí mi rumbo y me propuse hacerlo de regreso, obvio, un letrero empotrado no iba a ser retirado en pocos minutos.
Tal como me lo imaginé, este informativo tenía un par de detalles que ofrecerme, como si hubiera sido interés del Serviu aparecer en este espacio.
Lo primero es consignar que aprecio que en un aviso callejero exista la decisión de acentuar gráficamente las palabras escritas en letra imprenta mayúscula. Sin embargo, preocuparse de ese detalle, me obliga a destacar la ausencia del tilde en una palabra que no nos regala el beneficio de optar si es que queremos acentuarla o no. Por eso me llama la atención que la palabra “días” no tenga dibujado el acento, más aun cuando la misma palabra en mayúscula (DÍAS) sí lo lleva.
Esto parece ser una de tantas correcciones que suelo publicar, y de hecho lo es. Hay un punto en la parte del texto donde detallan el proyecto que se está ejecutando, que para cuestionarlo no hay que saber ortografía ni gramática, sólo hay que conocer un poco la ciudad. Todas las entidades que el letrero cita en su parte posterior deberían tener cierta información básica acerca de Valparaíso.
Algo que para mi, como porteño, resulta particular, es que expliquen la cobertura de los trabajos de la siguiente forma: “Circuito calle Condell y aceras distintos sectores, tramo entre plaza Aníbal Pinto y calle Edwards”.

Los trabajos están a la vista todo el tiempo y generan suficientes incomodidades como para hacer cuenta que no los vemos. El tramo detallado corresponde fielmente al espacio que abarcan las obras en el centro de la ciudad. El problema que veo podría denominarlo “redundancia”, ya que bastaba con mencionar la calle Condell, para entender la extensión de lo intervenido. Es tan simple como que el nombre de esta calle comienza en la plaza Aníbal Pinto, justo donde empiezan los trabajos y el punto exacto en donde se encuentra este aviso, y termina precisamente en la calle Edwards.
Metros antes de llamarse Condell, esta calle que bordea el cerro, se llama Esmeralda y el límite entre ambas es la mencionada plaza. Luego de la calle Edwards y conservando la numeración ascendente junto con
la dirección del tránsito vehicular, Condell pasa a llamarse Independencia.
Bueno, en conclusión, el “tramo” acotado es simplemente la calle “Condell”.
Eso era todo.

miércoles, 17 de marzo de 2010

VERANO - OTOÑO

Y el verano se nos cayó de golpe. O nosotros nos caímos de golpe.
Estoy viendo la imagen de un verano que corría a 100 km/h cuando pensábamos que el carrete no terminaría jamás, salvo cuando los niños entraran a clases. Yo debería haberme acostado en mi cama uno de los primeros días del mes de Marzo, viendo el programa 3x3 de canal 13, que suele comenzar a eso de las seis de la mañana. Entonces ellos deberían haberme contado que las temperaturas estaban en descenso y que el Sábado que se avecina cambiamos la hora de nuestros relojes. Es en programas como esos en donde siempre veía a los escolares llenando las micros (usualmente de la capital de Chile), o a la gente con sus húmedos cabellos recién lavados corriendo a sus trabajos provistos siempre de maletines o carpetas. Esas imágenes provocaban que yo comenzara a ocultar los brazos bajo las frazadas al acostarme, el frío del otoño-invierno que estaba a la vuelta de la esquina se podía sentir a través de la pantalla. Ver a los conductores de algún matinal sirviéndose una taza que supuestamente contiene un rico y reponedor café y con un discurso netamente informativo más que farandulero y frívolo, me recordaba que las playas ya no eran tan atractivas y que el sol no me temperaría como lo hizo pocos días atrás.
Eso era antes.
Ahora, un Viernes de trabajo como muchos otros, con trabajo hecho y por hacer, dándome el gusto, como muchas veces, de saborear un trago sentado en una silla, alrededor de una mesa, en buena compañía y en un ambiente tranquilo como para cerrar la noche, al menos fuera de mi casa, se quedó de golpe guardado en mi mente y en las buenas ideas que pocas veces la acechan.
Después de que la camioneta en que me encontraba planificando el fin de mi Viernes se balanceara como una frágil carabela hecha de cáscara de nuez, que se atreve a cruzar el océano Atlántico, todo fue diferente.
En unos cuantos días, que para mi fueron solamente una jornada gigante, todo cambió.
El Sábado en el que debía despertar rápidamente, se transformó en el Sábado en que debía tratar de dormir algo. Ese día, que como siempre se encontraba dispuesto para ser el más agotador de la semana, me pilló sin nada que hacer y me adormeció sin poder terminar formalmente la era estival de la que tanto había usufructuado. Luego el noticiero del día Lunes, ese Lunes en que todos los niños de Chile debían comenzar su proceso educativo anual, no me mostraba al ministro de educación inaugurando el año escolar para la televisión.
Las cámaras de la Unidad Operativa de Control de Tránsito en Santiago, mostraban calles desiertas en la madrugada, minutos antes del amanecer oficial. Sin embargo, al salir el sol, la televisión mostraba un país que no estoy acostumbrado a ver.
Hubo un Chile durante esos días, que borró la gruesa línea que nos dibuja el sistema para separar el verano del otoño. La televisión, las calles de mi ciudad, la radio y hasta el propio suelo que pisaba, se encargaron de demostrarme que este año comenzó formalmente de manera informal. Si borráramos del calendario los números de los días, nadie sabría en qué momento se movió la tierra o Chile cambió de Presidente.
Yo sigo viendo televisión, casi todas las madrugadas y no encuentro en su programación inicial, algún indicio de esa gruesa línea que todos los años los Chilenos seguimos fielmente.
Se mezclan los uniformes con los alimentos no perecibles, los eventos a beneficio con los cahuines de los “pendejos-estrellas” de nuestra especial televisión. Los planes de un nuevo gobierno repetidos incansablemente en los medios se enredan con cortes de agua y electricidad que no tienen explicación. Lloran ante las cámaras familias que no tienen nada y, a su vez, otras personas están emprendiendo acciones judiciales con todos las facilidades económicas posibles para que alguien se haga responsable por sus pérdidas.
No recuerdo haber visto a Don Francisco alguna vez leyendo un cómputo en el mes de Febrero. No sé por qué Myriam Hernández llora cuando le implanta el tema “La fuerza del amor” a la causa, si al final dice “porque la fuerza del amor somos tu y yo”. Eso está bien. Creo. Pero he querido salir a trabajar y no he encontrado el espacio saludable espiritualmente, tampoco hallo ese matinal que me cobijaba y que me ponía un paraguas en mi cabeza cuando el verano se iba. He despertado un día y encontré que la presidenta había olvidado teñirse el cabello. Luego supe que en realidad se trataba del hombre que la sucedió en el cargo, que era de cabello cano.
He tratado de ordenar este verano. Perdón, he tratado de ordenar este otoño. Bueno, no sé qué es lo que he tratado de ordenar, pero algo no me cuadra.
Mi país no es el mismo.
Yo sigo bebiendo de la misma botella y generalmente en las mismas cantidades, creo que no he cambiado mucho, al menos mi rutina ha cambiado bastante más que yo.
No recuerdo dónde dejé guardado el verano, no recuerdo en qué instante me descuidé y me instalaron frente a un televisor de otro planeta. No entiendo cuál de todos los engranajes de esta máquina falló para que el tiempo se detuviera o avanzara más rápido.
Creo que prefiero ver a los chilenos quejándose de los precios de los uniformes, del alza del combustible y de los créditos de consumo que financiaron una olvidada navidad y un impensable año nuevo. Quiero ver a la gente en televisión haciendo largas filas para pagar sus cuentas. Prefiero ver un asalto diario a una farmacia que a mi país abatido por un planeta entero que no deja de incomodarnos.
Quiero despertar un día y ver que esto no ha pasado. Quiero que el frío, los paraguas, el cambio de hora y las crudas noticias cotidianas me vuelvan a la realidad, esa realidad que es horrible, pero que no es comparable con lo que veo.
Hubiese terminado mi verano antes, quizás lo hubiese pasado por alto, si hubiese sabido que podría haberse evitado de alguna forma este desastre.
Aun así, no me cuadra, no puedo creer que estemos a mediados de Marzo y hay miles de niños que no entran a clases. Las noticias son diferentes y nadie me ha avisado que pronto hará frío. Las cabezas están en otra parte pero los corazones siguen donde mismo, y yo tendré que ocultar mis brazos al acostarme sólo cuando sienta frío y no cuando supuestamente lo tenía pensado.
En verdad, no lo tenía ni pensado.
Tengo suerte de poder elegir cuando abrigarme.
No quiero seguir escribiendo.
Se acabó el verano y la estación que sigue se llama Chile.

martes, 16 de marzo de 2010

¿VARONES O DAMA?



En un bar muy cómodo y acogedor de Valparaíso, las puertas de los baños me confunden un poco.
Por alguna razón que desconozco, la puerta del baño de hombres dice claramente “VARON” y el baño de mujeres dice por su parte “DAMAS”. No he preguntado por
qué ni a qué se debe, pero en algún momento me cuestioné si es que la idea original era que al baño de hombres se entrara de a uno a la vez y, por el contrario, las damas podían entrar de a dos o más.
Obviamente me resulto fácil
comprobar que el baño de hombres puede ser ocupado por uno sólo. En mi intento por salir de la duda, hace pocos días pude cerciorarme que, si bien todos estamos acostumbrados a ver que las mujeres acuden en pareja al baño, este cubículo sólo tiene capacidad para que una doncella a la vez pueda hacer uso del servicio higiénico.
Ahora bien, la cultura de baño de las “damas” está bastante asumida en nuestro medio, es así por ejemplo que en este mismo baño, que es más amplio que el de hombres, hay una silla dispuesta, supongo, para la compañía que todas quieren en ese momento especial del carrete.
Si considerara el espacio interior y este elemento adicional en el baño de las mujeres, podría justificarse en alguna medida que la invitación al género en la puerta se publique en plural (“DAMAS”) y no en singular como se ve en la puerta del baño del “VARON”.
Mi opinión es que se debe usar el plural en ambos casos.

INCOMPRENCIBLE

La fotografía muestra una construcción que se vio seriamente dañada por el terremoto del pasado 27 de Febrero. En este caso, la destrucción fue interna, por lo tanto lo que se ve aquí, no es consecuencia directa del movimiento sísmico, sino una etapa de la demolición premeditada por parte de su propietario.
En ese local ubicado en calle Independencia esquina Las Heras,
funcionaba un negocio de insumos computacionales llamado Clone.
Dada la condición estructural del local, decidieron abandonarlo y cambiarse a
otro sitio ubicado muy cerca. Entonces mientras se efectúa la demolición, ellos pusieron este letrero de gran factura, que si bien está impreso en papel se nota que no es corriente, en el que anuncian su cambio de dirección. Quizás sea temporal, quizás definitiva, lo claro es que hubo una preocupación por los clientes y eso se agradece.
Ellos a su vez, agradecen la “comprención” de los clientes. Eso es lo extraño, pues si bien yo comprendo la situación que están viviendo como empresa, ellos deberían agradecer mi “comprensión”. Inaceptable error para un rubro del que uno espera producción a nivel del letrero, o cierta instrucción. Incluso, una impresión de calidad, sólo puede haber sido hecha en algún software completísimo que, seguramente, tiene esa herramienta básica y muy apreciada como es la autocorrección.



lunes, 15 de marzo de 2010

LA TV LO NIEGA TODO


Quizás en Chile, la clase política sea el único grupo de personas “entrenadas” para responder preguntas sin responderlas. Tienen una facilidad especial para dar vuelta las cosas y nunca contestar lo que se está preguntando.
Ahora bien, me parece a mí que los políticos se han convertido con el tiempo, en una tremenda escuela para los personajes públicos no-políticos de este país.
Chile es un país donde las cosas no pasan. Donde los romances no existen. Solamente acá los equipos de fútbol no pierden los partidos, ya que son los rivales los que los ganan. En este último caso, la vieja historia de los triunfos morales (afortunadamente en extinción), es un claro ejemplo de ello. Aunque perdiéramos, siempre jugábamos bien y nunca merecíamos perder.
De un tiempo a esta parte la televisión lo niega todo.
El prefabricado polémico entrenador del equipo de fútbol Universidad Católica, el “fantasma” Figueroa, además de su cuestionable desempeño y su horrible relación con los medios y hasta con sus dirigidos, nunca admite que su equipo juega mal. Siempre puede ser al arbitraje el que los perjudica. O también puede darse que el rival tuvo mucha suerte. Pero él no pierde los partidos, nunca.
Esta característica se da en todos los ámbitos de los personajes públicos.
La “Cote” López, nunca se acostó con Pinilla. Ambos lo negaron siempre, aunque todos lo saben. Cuando por ahí le preguntaron a mi ex amiga Tonka Tomicic, si era verdad que debido al bajísimo rating online de su programa El Hormiguero (que conducía junto a Sergio Lagos), este sería sacado del aire a fines del mes de Enero, ella afirmó que esa fecha siempre fue la estipulada para su fin, que quizás podría seguir, pero que debería terminar en esa fecha. O sea, nunca estuvo dispuesta a asumir que los malos resultados causaban el fin del programa.
Hasta el día de hoy Felipe Camiroaga niega tener un romance con Fernanda Hansen, y ella hasta se molesta cuando le tocan el tema.
Todos saben que las competencias de los reality shows, están sabiamente manipuladas para que los personajes más populares en su interior, puedan llegar a la final y conservar el poco rating que aun tienen, hasta el último día. Pero preguntarlo es tiempo perdido.
Muchos años atrás, el “cóndor” Rojas negó durante mucho tiempo que se había auto infringido la herida en su frente, la que siempre se atribuyó a la tristemente célebre bengala.
Hace poco vi en televisión que Pamela Diaz se fue de Canal 13 para trabajar en Mega. Una periodista le pregunta hacia el interior de su vehículo si su actual novio había influido en su decisión. Ella lo niega confesando eso sí, que le comenta sus cosas como gran parte de las parejas podría hacerlo. Yo me pregunté ¿y si su novio le ayudó a tomar la decisión, qué tiene de malo? No sé, pero lo niega.
Y así la lista de negativas es enorme. Leo Rey niega una eventual disputa con Américo por el liderazgo en la música tropical en Chile. Américo hace lo mismo. Y si la disputa existiera, ¿qué tiene de malo?, es natural que así sea. Pero se niega.
El farandulero futbolista Kike Acuña, niega tener algo con Valentina Roth. Ella por su parte dice que lo pasan bien juntos pero que no hay nada. Claro, jamás lo asumirían, ya que él está casado y su mujer no tiene derecho a esa información y por cierto, cero posibilidad de reaccionar desde el interior de un reality show.
Hay más, cuando una nueva teleserie supera en rating a la competencia por unos cuantos puntos, se transforma en un suceso y a partir de ese minuto todos son excelentes actores, el director es el mejor, y el trabajo de muchos meses rindió frutos y bla, bla, bla. Sin embargo, si a esta misma teleserie o a un programa de televisión se le enrostra la poca sintonía, siempre sus conductores o animadores argumentan que ellos trabajan para la gente y lo hacen con todo el corazón, que eso es lo que importa. Nadie asume que ha perdido, nadie asume que le fue mal, nadie asume que se enamoró y que todos se dieron cuenta.
Cualquier atisbo de dificultad, en televisión hay que negarlo. Por eso esta maquinaria de exitismo gira velozmente y se mantiene de las fantasías de las personas que no quieren parecer humanos. Para mantener la plusvalía en el negocio de la tele tienes que aparentar que todo está bien, que el éxito es importante, más allá de si te lo ganaste como artista, como político, o moviendo el culo en una disco. Éxito económico o éxito mediático, da lo mismo. Niégalo todo, escabúllete de las cámaras, rehuye preguntas capciosas y sonríe todo el tiempo, así, a pesar de no decir nada, serás simpático y amable y podrás mantenerte dentro del negocio.
La televisión lo niega todo y cuando alguien tiene la sutileza y agudeza de vender alguna intrigante o dramática historia a algún medio, puede obtener una suculenta suma de dinero y a la vez, caer dentro del cajón de las víctimas adjudicándose automáticamente la atribución de poder llorar frente a las cámaras y mantener la dignidad y la posibilidad de seguir en el negocio. Esta es la única forma de no-negar y a la vez poder responder preguntas sin ocultar, al menos en apariencia, la verdad.
Pero la tele lo niega todo, como queriendo asegurarnos que lo que vemos no es real, aun cuando hayan fotos, videos o registros de algún hecho, lo niega todo. Eso no pasó, eso no fue, eso no existe.
Sea lo que sea, la tele lo niega todo.


P.S. Por razones de espacio y tiempo, no he incluido nada relacionado a los políticos de mi país.

jueves, 11 de marzo de 2010

OTRA DE LOS GRIFOS...


Desde una localidad al interior de la cuarta región, cuyo nombre no recuerdo, me llegó esta imagen. Sólo me provoca tratar de imaginar de qué forma se instaló este grifo en ese lugar. La única posibilidad que se me ocurre es que éste haya existido ahí desde que antiguamente ese fuera un camino de tierra, y que de seguro fue aumentando en altura producto de fenómenos naturales ya sea temblores o lluvias y los posibles deslizamientos de tierras que ambos provocan.

En ese caso, al momento de pavimentar la calzada y las aceras, lo más probable es que en un no muy concienzudo estudio de costos, hayan optado por dejar el grifo donde estaba, considerando que sólo quedaría expuesta la sección útil de éste. Sin duda debió ser más barato que rehacer la instalación de alguna cañería matriz para hacer que, una vez pavimentado el sector, el grifo quedara con su estructura completa a la vista.

Viendo esta imagen no puedo evitar recordar otra fotografía que también pertenece al norte de Chile, y que ya publiqué tiempo atrás en este blog en el artículo llamado “Grifo privado” Al parecer algo tienen los grifos del norte además de agua en su interior, también hay algunos detalles con sus instalaciones o ubicaciones.

Lo importante es que presten la utilidad para la que fueron diseñados e instalados aunque se perciba un tanto incómodo para los bomberos.



Fotografía: Ximena Román

miércoles, 10 de marzo de 2010

ASI NO


No tengo bandera chilena en mi casa, no recuerdo haberla tenido. Este fin de semana pasado, decidí que era necesario tener una y, ante las premuras económicas, opté por adquirir una hecha de papel que venía gratis con la compra de un tabloide capitalino.

Quise manifestar mi simbólico apoyo a los compatriotas que están pasando un mal momento, colocando esa bandera en mi ventana. Es primer duelo nacional al cual me sumo.

Para mi resulta casi un compromiso con esa parte del país que está viviendo una realidad tan diferente a la mía. Aparte del dinero o las bolsitas con ayuda que uno pueda dar, también hace falta lo otro. Esa ayuda que no se ve materializada, pero que se siente, esa que algunas personas mandan en sus rezos y plegarias. Mi plegaria fue mi bandera, de papel, pero bandera al fin.

Entiendo y espero que así lo hayan entendido los demás, que en esta situación se privilegia la intención. Mi bandera está bien ubicada, con un sutil pegamento esta adherida a un vidrio de mi única ventana. Esta bandera que muestro, también está hecha de papel, quizás haya sido obtenida del mismo modo que la mía, pero no me alcanza el espíritu solidario para privilegiar la intención del habitante de esta casa. Encuentro una forma muy burda de pegarla. Si alguien quisiese robársela, ya lo hubiera hecho aunque le hubieran puesto pernos fijados a la puerta metálica. En el peor de los casos, esa vivienda también tiene ventanas, sólo que en segundo piso. Para efectos de una manifestación solidaria, eso da lo mismo. No hay que meterle la bandera en la nariz a la gente, y menos sostenida a la puerta de esa manera tan poco decorosa. De haber podido, yo la arrancaba en lugar de fotografiarla, pero no quiero tener problemas con mis vecinos. Faltó un poquito de gusto o de respeto por nuestro emblema patrio, tan cuidado por estos días.