lunes, 30 de marzo de 2009

MANO ESPECIAL... (Y PIE)


Un recurrente tema alusivo a la historia de los dibujos animados, ya sea en historieta (papel), televisión o cine, es el relativo al dibujo de las manos en casi todas las formas humanas dibujadas. Incluso en las formas animales que los dibujos humanizan para acercarlos al público infantil, así como algunos animales hablan o caminan en dos patas, también tienen la misma característica que los dibujos de humanos: las manos.
Claro, porque las manos de los dibujos animados siempre se han dibujado con sólo cuatro dedos. Desde el ratón Mickey hasta Condorito y todos los amigos de cada uno de ellos.
Recuerdo que hasta ALF, el peludo mono proveniente de Melmac también tenía cuatro dedos en cada mano.
Si algún lector sabe a qué se debe esta mutación gráfica de las formas animales puede hacer su aporte acá. Yo al menos nunca he encontrado una explicación satisfactoria, salvo la más común, que dice que sólo es un recurso para aliviar el dibujo y evitar manos muy grandes, como se verían si se dibujaran con los cinco dedos.
Esta tarde, casualmente recorriendo los canales de la televisión abierta, me tope con Los Simpsons, por esas cosas del destino, en canal 13. Qué suerte tuve de poder pillarlos, me entretuve viendo un capítulo, seguramente repetido, en el que la familia va a misa un Domingo muy frío, mientras Homero se queda en casa.
Además de los cuestionamientos que le hacia su mujer por haber faltado al ritual, Homero avisó que ya no iría más los Domingo a misa. Ya una vez en el lecho matrimonial, mientras el obeso personaje coqueteaba a Marge para invitarla a pasar una buena noche, ella se empeñaba en rezar arrodillada a un costado de la cama.
Homero esperó y esperó, pero como es Simpson, sucumbió ante el sueño. Ahí pasé a ver el sueño que estaba teniendo él.
Se le veía en el sofá, como es la costumbre, viendo televisión. De pronto, comienza a temblar, se caen algunas cosas y el mira asustado a su alrededor. Se muestra desde afuera la casa iluminada por un potente haz desde donde emerge una gran mano que saca el techo de la vivienda.
Se introduce un gigante vestido en una gran bata, a quien sólo se le ve el cuerpo hasta el pecho. Es fácil deducir que se trata de Dios, sobre todo cuando el diálogo que empieza a tener con Homero en su sueño, se refiere a su falta de fe y a su ausencia de la iglesia. En esa situación, la imagen que representa a Dios se siente en el sofá, apunta con el dedo a Homero incluso se da el tiempo de acariciar con uno de sus dedos al gato de la casa.
Ahí, y sólo recién ahí me di cuenta que las manos del imaginado Dios tenían cinco dedos.
No se me ocurre a qué puede deberse semejante excepción. Pero si pienso un poco, tal vez responda a una suerte de respeto por su imagen (sin rostro y creada semejanza de los dibujantes de la serie creo yo). ¿Por qué otro motivo, la imagen de Dios no podría tener tambin sólo cuatro dedos en cada una de sus manos? Nunca había estado en presencia de este detalle.
Es parte de las cosas que Dios puede lograr, al menos en la cabeza de algunos profesionales del dibujo, o en los negocios de una gran televisora al momento de cuidar sus intereses.
Una notable excepción que yo jamás había visto.

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