sábado, 10 de julio de 2010

¿PARA QUE?


En esta central de llamados existen tres tipos de teléfonos públicos: los que están al interior de las cabinas, cuyo uso debe ser autorizado por la dependiente del local y no requiere depositar monedas, otros son unos grises, adosados a un costado del recinto, que aceptan hasta las monedas de cien pesos pequeñas que tienen la particularidad que son bien poco amables en su forma.
Por último éstos, los de la foto.
Podría considerarlos como los últimos sobrevivientes de los teléfonos públicos que se usaban en los kioscos o en las puertas de los negocios, antes de que aparecieran esos llamativos y poco efectivos aparatos de color azul y amarillo.
Por alguna razón que desconozco, en este centro de llamados, y particularmente en esta pared, sólo hay cuatro de ellos y todos tienen su respectivo letrero que informa que están en mal estado.
Nunca los he visto buenos, no recuerdo ya cuando fue la última vez que los use. Pero no me hace sentido tenerlos ahí por un fin estético si podrían instalarse teléfonos de otro modelo y características, quizás más modernos y por cierto, de bastante más utilidad que estos aparatos muertos, una inminente posibilidad de generar más ingresos por conceptos de llamadas rápidas.
No, estos aparatos están todos malos.
Especial el centro de llamados.

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