martes, 9 de septiembre de 2008

COPETE IMPUESTO

Ahora sí que sí. Se armó.
En el tapete está la discusión sobre la genial idea de aumentar el impuesto específico a las bebidas alcohólicas de un 27% a un 40%, al menos en los destilados, según tengo entendido.
Eso implica que una botella de algún licor que ahora cuesta $ 2.000.- ahora tendrá un valor de $ 2.800.- Y todo esto, para que los pailones que se creen dueños de las calles dejen de matarse y matar a sus amigos y a los peatones.
Yo ya había escuchado una vez a alguien que, seguramente desde su condición de fumador, dijo claramente que esta abierta discriminación a los fumadores, a la publicidad de los cigarrillos y a las restricciones para su venta y consumo en los últimos años, le parecían injustas. Como argumentos el indicó que, entendiendo lo molesto que es el humo del cigarrillo para quien no fuma y todas las consecuencias que fumar tiene y que científicamente están demostradas en todo el mundo, el alcohol tenía un protagonismo mucho mayor en los porcentajes altísimos de muertes derivadas de su consumo. Por otra parte advirtió que si bien es cierto, es ilícito conducir un vehículo fumando, no lo es el haber fumado y luego conducir, aun cuando se haya fumado una cajetilla entera antes. No está penalizado, es difícil detectar cuánto se ha fumado y no parece haber estudios conocidos que demuestren que conducir después de haber fumado en exceso ocasione accidentes.
A pesar de las naturales molestias del humo del tabaco, esta persona agregaba en televisión que el porcentaje de matrimonios y/o familias destruidas por el consumo de alcohol de alguno de sus integrantes, era notable en relación a los problemas familiares que podría causar el que alguien fumara en un hogar.
A título personal debo decir, que aunque yo prefiero mil veces tomarme una cerveza que fumar, esta persona tenía mucha razón en lo que decía. Al menos, sonaba sensato.
Ahora bien, todo esto no tiene mucho que ver con que suban el precio de los alcoholes. Comprendo en alguna medida, aunque me da lo mismo, que prohíban la publicidad de bebidas alcohólicas en eventos deportivos y culturales. Aunque esto me parece una estupidez para el mundo adulto, por último siempre habrá pasteles en nuestra política que necesitan prohibir cosas, sobre todo antes de algún tipo de reyerta electoral, como es en estos tiempos casualmente.
Yo no soy ningún santo en el tema de conducir bajo los efectos del alcohol o en estado de ebriedad según la ley. Desconozco los índices exactos que determinan una condición u otra, pero la verdad, no recuerdo a alguien que esté preocupado del examen que determina el grado de alcohol en la sangre. Nadie.
Aun así, me parece muy injusto que tengamos todos que pagar por culpa de mocosos irresponsables, un mayor valor por pasar un buen rato con amigos en algún bar o alguna casa junto a una cerveza o un ron.
Esta muy claro que los niñitos que salen en sus propios autos o en los de sus padres y que aun no saben tomar, no van a ser afectados por estas alzas y su consumo no va a disminuir. Los que tienen menos recursos comprarán menos copete para tomar en las esquinas o en bares económicos y pequeños. Pero los que chocan, esos seguirán comprando, mientras siguen echando siete u ocho personas en un vehículo del año y conduciendo, además, a exceso de velocidad.
Políticos pasteles de mi país, les digo que están equivocados, para allá no va la cosa. Quieren que muera menos gente por el consumo de alcohol y para ocasionar accidentes de tránsito hay que tener un auto y conducirlo. No todos lo tienen, hay mucha gente, más de la que ustedes creen que sale a pasarlo bien en locomoción colectiva.
Es demasiado castigo para mi gusto. Así como el castigo de cerrar las botillerías y los locales de diversión más temprano a fin de evitar que el consumo de bebidas alcohólicas provocara un aumento en los delitos nocturnos como los lanzazos, homicidios o simplemente peleas callejeras a altas horas de la madrugada.
Para nadie es un misterio que esto no cambió en nada, hace casi ya diez años de esto y sólo hemos aprendido nuevos hábitos. Uno de ellos es salir más temprano a comprar y comprar lo suficiente para un buen carrete. Otro hábito es comprar por ahí a cualquier hora de la noche burlando las reglas, como todos nosotros los chilenos hacemos siempre.
¿A alguien se le ocurre pensar en que la delincuencia nocturna ha disminuido? ¿Alguien cree que la gente toma menos copete desde entonces? Todos hemos visto reportajes en televisión que no hacen más que demostrar que hay leyes y decretos municipales que no han causado ningún efecto serio en las conductas de los chilenos. Tal vez haya registros que me contradigan, pero no me importa, yo no veo papeles, yo veo las calles de noche hace casi veinte años y todo está igual. por eso me pregunto ¿ayudará el aumento en el precio de los licores, a que los irresponsables de siempre sigan matando gente en las calles de nuestras ciudades después de tomar?
Le pongo todas las fichas a un “NO” rotundo.

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