lunes, 3 de noviembre de 2008

CUIDAME POR FAVOR


La segunda o tercera semana de marzo de este año (2008), aparecieron estos tan necesarios receptáculos para la basura en las calles de Valparaíso. Así como lo muestra la primera fotografía, se ven tan pulcros que podría dar pena botar desperdicios en su interior.
A pesar de que ya han sido bastante maltratados por la ciudadanía, aun se mantienen en pie y todavía siguen prestando utilidad a la comunidad. Todo sea por evitar ver nuestras calles convertidas en reales vertederos que sólo son una buena oportunidad para alimentar perros callejeros, los cuales no se preocupan mucho de dejar las cosas donde las encontraron.
En esta ocasión, la idiosincrasia del porteño se ha manifestado violentamente, superando su propia marca. Al parecer ya no es suficiente quemar los papeleros que se instalaron por todo el puerto, ahora se preocuparon de apostar por un daño mayor. Espero que la progresión no siga, no quiero llegar a imaginar cuales serían sus próximos pasos.
Como un verdadero lamento, se lee la palabra “cuídame”, como único vestigio de lo que fue un aporte a la ciudad. Casi en la intersección de las calles Colón con Rodriguez, fue quemado este elemento esencial para mi ciudad.
Se tuvo que imprimir un adhesivo con esta súplica, para que nos diera algo de vergüenza hacerle daño. Más aun, este papel está constantemente siendo renovado, por eso su impecable estado. Es decir, se privilegia la continuidad del mensaje, la idea es que nunca olvidemos que nos es de utilidad.
Pero alguien apareció este fin de semana largo y, probablemente, en algún estado de escasa lucidez, decidió que había que incendiarlo.
A juzgar por el tamaño de estos cestos gigantes, las llamas tienen que haber sido de un tamaño considerable, llamando quizás la atención de algún vecino, de otra manera no se explica que no se haya consumido totalmente, dejando a salvo un par de ruedas y la leyenda que no quiso ceder ante el ataque y que, tal vez, siguió atentamente la huída de él o los agresores.
Esto sí me dio pena. Como si Valparaíso no se fuera quemando de a poco. Además de eso, no necesitamos a quienes quieren ayudar al destino y adelantar la cremación total de nuestra ciudad. Personas que gozan eliminando estos útiles objetos que muy seguramente las madres de los pirómanos, usan cada día para botar los desechos de los mismos pobres, tristes y cobardes seres.

No hay comentarios: