viernes, 26 de febrero de 2010

A OTRO NIVEL


Y vi el festival.
Estuve pegando frente a la pantalla mirando el tempranero show de Américo y tengo algunas cosas que apuntar.
En la conferencia de prensa que dio el cantante, posterior a su presentación, él insinuó que pretendía ahora proyectar su carrera internacionalmente. Y es eso justamente el eje de lo que quiero decir sobre él.
El show de Américo fue simplemente brillante. Cómo se nota lo asesorado que está. Me parece que se cambió dos veces de vestuario y su orquesta lo hizo una vez. Creo, no estoy seguro. Tanto él como su banda se veían sencillamente impecables. No soy yo el más indicado para cuestionar el uso del pelo largo, sin embargo ninguno de sus músicos lo usaba. Todos estaban perfectamente presentados, vestidos como el artista, formales pero sin corbata. Los músicos se movían sutilmente al ritmo de las canciones, no hacían alardes físicos ni instrumentales, salvo el bajista que, aunque apareció muy poco en pantalla, se notaba bastante inquieto en la ejecución de su instrumento, dejando ver el excelente nivel de la banda.
Hasta el emplazamiento de ésta en el escenario fue ordenado. Todo parecía estar perfectamente cuidado en sus detalles y dispuesto para el lucimiento de la estrella, quien tampoco hizo piruetas, sólo bailes suaves. Américo hizo uso de toda la superficie del escenario, sin correr como loco ni gritar como si fuera su última actuación. Concentradísimo en su interpretación, creo que le escuché desafinar una o dos veces y casi ni se notó.
En términos simples, anoche vi un show que podría haber estado aconteciendo sin ningún problema en cualquier escenario de Miami o Mexico. Completamente a la altura, incluso mucho mejor que varios que desde el norte de América nos traen a Chile.
Da gusto oír hablar a este chileno sencillo y de humilde origen como todos ya sabemos. Se agradece que no hable como futbolista, como sí lo hace Leo Rey. Américo “habla de corrido” como decía Bonvallet, sin la clásica “e” prolongada que muchos usamos mientras pensamos que decir. Un chileno que habla bien, que habla lo justo, que es agradecido, que sin parafernalia en el escenario, es decir, sin bailarinas ni fuegos artificiales ni artilugios externos, es capaz de mostrar un show sólido, que muy pocos chilenos de su generación pueden hacer, sobre todo en la Quinta Vergara.
Con repertorio conocido, cuando cantó el tema de Marc Anthony, inmediatamente lo mencionó y lo reconoció como su ídolo.
Sin entrar al terreno de la comparación profunda, tiene más fuerza en la voz y un registro más amplio que el líder del grupo La Noche.
Américo se merece lo que le tocó vivir, me sorprendió el show, no así las antorchas y gaviotas, eso se lo dan a cualquiera. Pero vimos una presentación cuidada en todos los aspectos, como sabiendo que están siendo observados en otras partes del mundo.
Lo felicito, también a su banda y a sus asesores, el éxito de una carrera internacional esta asegurado, no porque lo diga yo o porque lo quiera él, sino porque tienen claro como hacer las cosas, y cuando las cosas se hacen bien, lo que viene no son sorpresas, son resultados.

P.S. ¿Cuantos miles de dólares se le pagaron a “Tito El Bambino” por venir a mover la boca, a conversar, a pedir trofeos y a desafinar, la misma noche en que Américo se subió al escenario a dejarnos a todos con la boca abierta? No amerita mayores comentarios.

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