martes, 7 de septiembre de 2010

COMERCIALES BICENTENARIO

Y llega el bicentenario de nuestra patria y la televisión nos lo recuerda a cada instante.

Siempre descuidadamente concentrado en lo que la cajita rectangular me muestra de vez en cuando, noté algunos detalles que quiero destacar.

No tengo recuerdos de haber visto antes tantas banderas chilenas en pantalla, ni estrellas, ni eslóganes publicitarios alusivos, ni tampoco lo fácil que resulta cantar el himno patrio en televisión.

Pero eso está bien, es una experiencia que todos los que estamos vivos hoy presenciaremos sólo una vez y, por lo tanto nadie quiere marginarse de este especial momento.

Hace bien un poco de cariño hacia nuestro país, aunque sea sólo un año o un mes.

Es un ejercicio bastante loable que muchos productos publicitados en televisión, destinen millonarios segundos a desearle un feliz cumpleaños a Chile, no parece haber un convenio especial, prefiero pensar que se trata de una estrategia. Aun así la celebro.

Debo hacer mención especial a dos productos que, bajo un punto de vista muy personal, han decidido celebrar el bicentenario de Chile de manera muy especial, combinando nuestra historia con ingenio y muy pocos recursos tecnológicos.

Después de un bombardeo televisivo de productos que se fabrican en Chile pero que, sin embargo, tienen nombres e ingredientes en inglés, que pretenden hacernos creer que son los mejores, sólo por sus ingredientes o su pronunciación, se agradece una pausa. Por eso, dejamos de lado por un momento a los siguientes productos:

SPRIM con vitamix, Colgate 360 Deep Clean, Ariel con oxianillos, Tresemme thermal recovery,quesillo Next con Bio-balance, Vanish color-protect y Vanish white protect, Colgate plus con tith care, huesitos con actifort,Nivea for men silver protect con iones de plata, el enjuague bucal Colgate plax whitening y muchos más que ya ni recuerdo.

Es un gusto descansar de eso y escuchar la canción que dice: “...lo podemos lograr, lo podemos lograr, si encontramos la fuerza para vencer y para avanzar…”. Claro, un comercial de Soprole que tiene su origen a comienzos de los años ochenta creo, con esa canción que simbolizaba el esfuerzo de un pequeño por lograr sus pequeñas metas a medida que iba creciendo, obviamente, ayudado por el consumo de productos de la Sociedad de Productores de Leche.

Se ha repetido, pero ya no aparece ese niño en pantalla, al principio se hizo un símil con la situación en la mina San José, como una suerte de ánimo para los desafortunados trabajadores atrapados, ahora se han enfocado en el país completo, y la frase del comercial dice “…celebremos las pequeñas grandes cosas que han hecho grande nuestro país…”. Y no puede ser un mejor momento para poner atención al mensaje de este comercial.

Este año empezó con un horrible Festival de Viña, afortunadamente la naturaleza se dio cuenta del fiasco y lo detuvo. El problema es que me parece que exageró y lo detuvo con una tragedia que paralizó a todo el país: el Terremoto.

Confiamos que saldríamos adelante y que podríamos gritar por primera vez que Chile era campeón mundial de fútbol, pero no. Aparte de haber ganado dos partidos en la copa del mundo, no avanzamos más de lo que se logró en 1998 en el mundial de Francia. Todos nos imaginamos el aniversario número doscientos de la patria teniendo como héroes nacionales a los futbolistas de ese equipo. No fue así.

Recién volviendo a la realidad, la televisión se aburrió de la pelota y presenciamos el retorno a la lata de siempre. Para que decir del campeonato nacional, qué partidos más malos.

En ese letargo noticioso fue que apareció la terrible noticia del derrumbe en la mina. Tan terrible fue que ahora, después de un mes, se está pensando en cómo los mineros atrapados pasarán la fiesta del “18” bajo tierra. Algo inédito.

Entonces el lema “lo podemos lograr”, viene a ser casi un segundo “ceacheí”. Con nostalgia recuerdo mi niñez al oírlo, pero muchos recordarán su infancia ya que nos ha acompañado por generaciones, y qué mejor momento tenerlo presente en este difícil año, en que sólo nos faltaron inundaciones o aluviones que borraran de la faz de la tierra a más compatriotas, para sellar el ensañamiento de la naturaleza con nosotros.

Así las cosas, entre los mineros, los mapuches, los fabricantes de bombas, la nominación de Pinilla a la roja y otras noticias más y menos importantes, el producto Tapsin se anotó un poroto. Dejando descansar por fin a la infiel esposa, amante del señor Molina, al cornudo de su marido y a las hociconas travesuras de ese maldito engendro que tienen por hijo, ha decidido volcar todo el ingenio en un simple spot comercial. Un homenaje a Chile en base a números. Comienza mostrando la parte posterior de nuestra cédula nacional de identidad y esa incomprensible cantidad de números y letras que nadie entiende, pero que se supone que nos identifica a cada uno. Comienza diciendo “los chilenos tenemos números que nos identifican, que nos enorgullecen, que nos dan esperanza...” mientras simultáneamente se muestra, primero, la imagen de la cédula de identidad, la frase “TOP ONE” junto a una raqueta de tenis (en clara alusión al chino Ríos) y el famoso papelito del mensaje de los mineros. Cuando dice “números que nos unen”, aparece una cifra, la cual es una cantidad de dinero como meta superada de la Teletón 2009, y cuando dice “...que nos dividen” , se muestra un gran número once, con el edificio de la Moneda humeante de fondo.

Una delicada pero clara alusión a cosas importantes que recorren la historia de nuestro Chile en dígitos. Me parece bien hecho, sencillo y efectivo, desde el punto de vista de que es fácil recordarlo aun cuando el producto publicitado sólo aparece casi al final, etiquetado como “números que alivian”.

Hay muchas otras citas a nuestra bandera casi en la mayoría de los comerciales que vemos en televisión. Estamos plagados de frases clichés y sobre todo de aquellas que apelan a la sensibilidad. Por decirlo de otra forma, frases o mensajes con un fuerte contenido lacrimógeno, aludiendo a lugares muy conocidos, personajes muy característicos y costumbres muy nuestras.

Felicito a las agencias o empresas que idearon esta forma diferente de ver el bicentenario de Chile, siempre en la dirección de hacer un negocio con ello, pero agregándole a su publicidad un contenido, sutil pero claro. Soprole por un lado, invitando a recordar una canción que nos identifica y los fabricantes de Tapsin, por otra parte, visualizando en números “históricos” y populares, el devenir de la convivencia entre los que poblamos este largo y angosto anticucho. Perdón, me refiero a este largo y angosto trozo de tierra.

Me contagié, al menos la actitud está.

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