lunes, 21 de abril de 2008

El lápiz BIC


A propósito de un comercial del Kino, que se ríe de una casa equipada con artefactos muy antiguos, y en el que hacen mención del uso que tenía el tradicional lápiz de pasta BIC para rebobinar las cintas de los cassettes, me sentí en la obligación de revindicar a este instrumento que fue, y me imagino que aun es, un importante elemento en la vida de muchos.
Uno de los usos, requería sacar la tapita azul que va en su parte posterior, luego, extraer la punta con su vaina llena de tinta (o pasta) azul. Luego, se tomaba un pequeñísimo trozo de papel, que se metía en la boca y se hacía una bolita. Se introducía esta bolita en la punta del tubito y luego del otro extremo se soplaba con fuerza. También podía hacerse lo mismo enterrando un extremo del tubo en cáscara de naranja. En mis recuerdos está tratar de achuntarle a las letras de la pizarra en clases, de manera de transformar las “o” en ojos, y lograr que las “m” y “n” parecieran “i”. Cuando más me reí fue al ver un húmedo papelito pegado en la frente de mi profesora de castellano.
Con el tiempo se le puede haber dado muchos usos al lápiz BIC, o mejor dicho al tubito plástico transparente que él trae. Aclaro que era transparente pues el lápiz BIC que tenía tubito amarillo era el de punta fina. No voy a entrar en detalles de los otros usos, para qué.
Me quedo en el más tradicional de sus usos. Para retroceder o adelantar las cintas de los cassettes. Cuando teníamos un “tres en uno” o un “minicomponente”, el lápiz BIC servía para buscar canciones cuando teníamos que mezclar o poner un tema pegado después de otro y no disponíamos de otro reproductor. Sin embargo, el pionero ahorro de energía que hacíamos los adolescentes, al rebobinar las cintas con este lápiz, nos permitía optimizar la vida útil de las pilas, sobre todo cuando escuchábamos cassettes, ya que oír la radio consumía menos. Me refiero al uso del ya clásico “personal stereo”
El “personal” (acentuado en la “e”, como se diría en inglés), inolvidable juguete que todos tuvimos alguna vez, se llevo muchas pilas a la basura y permitió soportar los largos viajes de casi una hora en micro de mi casa a la universidad. Alcanzaba justo a escuchar un disco pirateado completo. La carátula fotocopiada se quedaba en casa para que no ocupara espacio entre mis cosas. Cuando el lado A terminaba antes del final de la cinta, entonces aparecía el inigualable BIC y te ayudaba a llegar al final del carrete. Luego se abría la casetera y se metía el lado B listo para ser escuchado desde el comienzo. Mi “personal stereo”, el mismo que sale en la foto, aun está vivo, poseedor de un adelanto que era significativo para la época, al “auto reverse”, es decir se terminaba el lado A y giraba automáticamente al lado B.
Quiero revindicar el lápiz BIC, del cual se burlan (sin mencionar la marca por cierto) en ese comercial del Kino, todos lo usamos, de buena forma, para ahorrar energía, para ahorrar dinero en pilas, que finalmente las compraban nuestros papás, pero nos permitían llevar la música a cualquier sitio.
Los delincuentes se robaban los “personal” tal como ahora se roban los “notebooks” o los “Ipod” o “mp4”, pero nunca se robaron el lápiz BIC.
Por eso aún existen, aunque ya no se usan para girar cintas como antes. ¿O si?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me acordé de mis "personal";tuve más de uno y también con auto-reverse, que eso era lo más bacán en esos años.
Nunca aprendí a rebobinar los cassetes con el famoso lápiz Bic, entonces le pedía a mis cmpañeros o amigos que lo hicieran por mi.