domingo, 25 de mayo de 2008

MAURICIO PINILLA, NADA MAS

¿Cuándo fue la última vez que Mauricio Pinilla convirtió un gol?
Su último gol debió haberlo convertido durante su estadía en la Universidad de Chile, antes de que se fuera de nuevo a Escocia, creo yo.
Tuvo su gran momento, hizo goles importantes, tiene tan sólo 24 años, todavía puede hacer algo en su futuro deportivo, tiene juventud, tiene físico, tiene carácter y además, tiene mucho dinero.
Todas estas cosas mezcladas, hacen de este futbolista un hombre ideal para las rubias modelos que tienen siempre por objetivo en la vida, ser la mujer de alguien o, en el peor de los casos, dejarse embarazar para vivir de pensiones alimenticias enormes mientras el pelo se les decolora o los implantes se le caen.
Las fiestas, esas que a muchos les gustan, los carretes, esos que a todos nos gustan, el copete, ese que a todos nos gusta, unos puchitos bien conversados, esos que te matan como dice la cajetilla, todo eso, es algo que los futbolistas y, en general, todos los deportistas no pueden disfrutar con la frecuencia con la que lo hacemos muchos quienes vemos el deporte por televisión.
Pinilla no está de acuerdo conmigo. El problema es que este compadre se ha encargado personalmente de demostrarle a todo el país, que el carrete puede estar ligado al rendimiento deportivo. Claro, pero al mal rendimiento deportivo, pues este muchacho, no debe saber ni siquiera en que club está jugando hoy, o mejor dicho, entrenando hoy. Es cierto que está entrenando en Europa, pero ha pasado por una cantidad de clubes que cualquiera quisiera contar. Lo malo es darse cuenta cuánto tiempo dura en cada uno y cuántos minutos de juego efectivo tiene. Son seis clubes diferentes en seis años de carrera profesional, entre los cuales, la Universidad de Chile y su actual club, el Heart of Midlothian, lo han tenido en dos ocasiones.
Probablemente si yo tuviera su dinero y sus contactos, yo estaría más reventado que él, después de que mi familia tenga cada uno su propio departamento y vehículo eso sí. Pero fue seleccionado chileno, representó en algún minuto a nuestro país en un deporte tan popular. Estoy lejos de eso, por eso yo me puedo reventar muchos más días que él.
Bueno, esto lo comento a propósito de sus últimas palabras a un periodista del Mega. El día de ayer en el aeropuerto el contesta molesto al acoso del periodista: “...estudiaste cinco años pa’ esto, pa’ seguirme a mi hueón... hace dos años que no juego y me seguí’...” acto seguido y, en una frase que no entendí claramente, hace mención de que gana “un palo y medio verde” por no hacer nada.
No parece chileno, no parece conocer la realidad de nuestro país.
La prensa y la gente misma fue muy dura con Iván Zamorano cuando se mostró como rostro del cuestionado Transantiago y las consecuencias que tuvo. Pero Zamorano tiene una historia que Pinilla está a años luz de igualar. Entonces, ¿por qué el pueblo de Chile tiene que permitir a este mocoso mal educado que se exprese así? ¿Acaso él dejo de gastar parte de ese palo y medio verde en copete para ayudar, por ejemplo, a la gente del Chaitén y alrededores en el evento que se hizo en el teatro Caupolicán el 21 de Mayo? ¿Se digno a aparecer para jugar unos minutos por esta noble causa?
Me van a perdonar pero me merece mucho más respeto la presencia del farandulero Edmundo en este evento, que el tipo de vida de este supuesto futbolista top.
Un picante con mucha plata, muchas mujeres y nada de fútbol.
Me pregunto con mucha rabia... ¿por qué mierda lo siguen llamando “Pinigol”?
Caszely, Zamorano, Salas, en fin, sólo tres ejemplos (de muchos nombres) de personas que saben qué es y cómo se hace un gol. El “rey del metro cuadrado”, “bam bam” y el “matador”. Nada más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahora se llama "Pini - Ron"