jueves, 31 de enero de 2008

Me equivoqué

Chile, mi querido Chile. Un país de aperrados, pero también de sacadores de vuelta. Pagamos el permiso de circulación el 31 de Marzo. Se nos hace un mundo la fecha de Navidad pensando en qué comprar y a quién. Deseamos de todo corazón que legislen para que haya más feriados. Hacemos días sandwich aunque la ley no lo ampare. Y si al jefe no le gusta, tiramos una licencia por estrés y nos vamos a la playa.
Chile, este es mi país. Todos decimos que nos gusta hablar a la cara y que nos digan las cosas frente a frente, pero cuando el otro se va, comentamos en voz baja. Cuando alguien te dice algo a la cara, es pesado y desubicado. Hablamos muy mal nuestro idioma, un ejemplo: "... la pantalla se echó a perder..." ¿Qué diablos es "echar a perder"?.
Si alguien se equivoca en el vuelto y te da dinero de sobra, adiós. El chofer de la micro no te da boleto después de las doce de la noche. El chofer del colectivo cambia el recorrido preguntando si a alguien le incomoda, pero no considerando la respuesta. En fin.
La lista es interminable.
Somos buenas personas. Pero no todos.

Si yo cometo el fatal error de hacer mal mi declaración de impuestos, o me hago el vivo y no declaro ciertas platas, el SII me va a encontrar en tiempo record y es posible que me haga pagar una multa impagable por lo cual yo puedo ir hasta preso.
Pero todos vemos las noticias. Todos sabemos la cantidad de gente que ha hecho temblar, casi, la economía de un país completo. Pero nadie fue.
Se ha demostrado con papeles ante las cámaras de televisión que ha habido robos, que ha habido desvíos de fondos para tal o cual cosa. Todo el país los ve, pero nadie fue.
Nadie comete errores. Los diputados de mi región que destinaron platas asignadas a la generación de empleos para sus campañas electorales... ¡Qué ejemplo! Platas para generación de empleos en mi región, una de las que rompió las marcas en cifras de desempleo. No, nadie fue. Hay errores administrativos, pero eso no ocurrió.
Chilenos, nuestro país no reconoce errores. El condoro del Transantiago se lo pelotean entre quien lo diseñó y quien lo puso en marcha. O sea, Lagos o Bachelet. Nadie tiene la culpa. Todo está bien. Nadie se ha equivocado.
No hay errores. Cuándo será el día en que vea a un político hablar como Roberto Rojas, el mejor arquero de la historia del fútbol chileno: "...sí, yo me corté...". Se mandó la teleserie del momento, pero miró a la cara y dijo lo que muchos suponían.
¿Qué gobierno dirá: "cometimos un error"? ¿Acaso no hace más personas a las personas, reconocer las faltas, sobre todo cuando están las evidencias dando vueltas públicamente? Vamos chilenos, miremos a la cara y enfrentemos nuestros errores. Demostrémos a las autoridades cómo se hace. Se revuelven en juegos de palabras y declaraciones que desvían la atención de sus errores. Ningún político se ha equivocado, nunca. Así como tú lo ves... Nadie fue.

No hay comentarios: