domingo, 27 de enero de 2008

VIÑA, ¿legalmente bella?

.
Las promociones que se hacen de Viña del Mar como ciudad turística son variadas. Hace un tiempo vi en las noticias a la misma alcaldesa de esta ciudad recorriendo las calles de Mendoza para informarles a los argentinos los beneficios de pasar las vacaciones acá. En las calles, en serio, ahí mismo estaba doña Virginia.
Tenemos paseos costeros nuevos, tenemos las ya tradicionales victorias, muchas ferias de artesanía, una respetable Feria del Libro, conciertos de verano a precios muy módicos, el torneo ATP de tenis en la recta Las Salinas, y como remate de temporada, el más ecléctico de los eventos, el Festival Internacional de la Canción.
Hay algo más, hay todo un circuito gastronómico que ya tiene su reconocimiento como tal en el barrio de Avenida San Martín entre las calles 3 norte y 8 norte. Eso no se puede desconocer. El tema es que muchos de esos lugares han evolucionado y ya no sólo ofrecen comida y tragos, también cuentan con música en vivo, un ingrediente que la mayoría de las veces hace más grata la permanencia en algún recinto.
En un sector históricamente residencial, los vecinos, antiguos y nuevos, hacen sentir su peso sobre las autoridades y, en lugar de apoyar a Viña del Mar como lugar de veraneo, se empeñan llamar al 133 ó al plan cuadrante para quejarse por la “bulla” (horrible palabra) que emana de algunos lugares de diversión. Si yo hubiese pagado cien millones de pesos por un departamento para veranear, o sea , descansar, probablemente también llamaría a la primera señal de “ruidos molestos”. Pero los ruidos se pueden controlar.
Yo cuestiono y propongo.
Cuestiono la fiscalización de: los horarios del cierre de los locales (asunto netamente municipal), el desarrollo de actividades artísticas públicas, los shows en vivo dentro de algunos pubs, todo lo que sólo invita a la gente a pasar un buen verano. Propongo a la señora alcaldesa cambiar las instrucciones para que tanto Carabineros de Chile como los inspectores municipales, se dediquen a propiciar seguridad a los turistas y no a estropearles la diversión que ellos esperan.
Es sólo un decreto, un papel, sólo para esta ciudad, para que los que trabajamos ahí y quienes nos vienen a visitar, tengamos un verano productivo. Más gente consumiendo, mejor entretención, más dinero para los empresarios, por tanto, más impuestos. Todos ganamos, absolutamente todos. Carabineros tiene que estar en la calle, no dentro de los locales, eso espanta a la gente, a los turistas, es señal de que algo anda mal, y sólo queremos hacerles pasar un buen momento a las personas.
Viña, ciudad bella. Es bella, pero los trabajadores nocturnos de esta ciudad, no entendemos cual es el objetivo de tanto policía o inspector, tratando de regular aspectos totalmente intrascendentes para los turistas. ¿Motivación? Los vecinos “peso-pesado” que hay en este barrio, los que mandan aquí, los pudientes, los que pesan más que la misma alcaldesa.
Hay que elegir, o el turismo, o la paz de los ancianos cuyas jubilaciones son de siete digitos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Creo que el comentario amerita una carta formal a un diario local, para que el resto de las personas conozcan de esta situación. Y propongo un acuerdo entre todos los dueños de locales afectados con estas medidas, para que cierren su local un día (Viernes o Sábado)como señal de protesta, y dejen a los turistas al menos una vez preguntándose ¿Y ahora donde vamos? Y a los señores y señoras que son autoridades quedando de mentirosos...¿Donde está la diversión en Viña? "La unión hace la fuerza"...digo yo.

Anónimo dijo...

VIÑA DEL MAR NO ESTÁ PREPARADO PARA LAS PERSONAS EN SILLAS DE RUEDAS.
NO ES POSIBLE CRUZAR LOS POCOS PUENTES QUE HAY.
NO HAY RAMPAS EN LAS ESQUINAS.
FALTA MUCHO PARA LAS PERSONAS. SUFREN MUCHO.
NO SON RICACHONES COMO PARA PAGARSE UN AUTO.

ANTONIO