jueves, 24 de julio de 2008

ALEJANDRO "EN DEFINITVA" CHAPARRO


El abogado Alejandro Chaparro fue entrevistado en el noticiero de UCV Televisión, en su edición de medianoche, que al parecer, se repite muy tarde, dada la hora en que me lo encontré en pantalla.
El tema que motivaba su presencia en el set era requerir su opinión acerca de la controversia que ha ocasionado, la obtención de la licencia de enseñanza media de la alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato. Bueno, el tema sin duda es delicado por cuanto ella ya ha cumplido su período como alcaldesa, pretende postular a la reelección en unos meses más, y el requisito de haber cursado cuarto año medio, o su equivalente, para postular al menos a este cargo, existe desde antes de su elección.
Yo no voy a referirme a los detalles de este tema pues aun no está todo resuelto y sólo he podido ver en televisión descalificaciones desde la concertación y apoyo de sus compañeros de alianza. Eso es lo mismo de siempre y es muy aburrido. El tiempo dirá en que termina.
Sólo pretendo en estos párrafos recalcar lo que ya he escrito muchas veces, las famosas y mal acostumbradas “muletillas”. Don Alejandro conjugó durante toda su entrevista el verbo “señalar”, casi en todas sus formas. Nadie “hizo notar”, “dijo”, apuntó”, “recalcó”, “manifestó” ni “habló”. Todo el mundo “señaló”. Todos “señalaron”. En fin.
A pesar de estar acostumbrado a ver autoridades que hablan muy mal, seguiré haciéndolo notar cuando pueda. Alejandro habla muy mal, titubeante, escaso de sinónimos, utilizando todo tipo de palabrillas para unir frases, pero usándolas mal. El clásico abuso del “la cual”, siempre mal usado, independiente del género, aunque sea “el cual” o “lo cual”. Pero ese es un clásico que mucha gente lo tiene asumido, a pesar de que está mal y yo creo que suena horrible.
Y la muletilla estrella del invitado, para el final: “en definitiva”.
Durante mucho tiempo pensé que era de uso exclusivo del gran Patricio Nazario Yañez en nuestra televisión. Ahora ya sé que no. Alejandro Chaparro debió repetir, desde que empecé a contar, más de quince veces el feísimo “en definitiva”. Creo que cada quince o veinte segundos lo incluía en su discurso.
Suena feo, pero si un abogado titubea, como nervioso antes las cámaras, no me debería extrañar que sus conocimientos del léxico colapsen y recurra siempre a lo mismo, a lo más conocido o a lo que más usa simplemente.
Ahora que lo pienso, si la señora Reginato no tiene cuarto medio, parece que igual se expresa mejor que él, y el que habla bien en las cámaras, perfectamente puede hablar bien fuera de ellas. ¿Qué le dio el cuarto medio a este abogado que no se lo dio a doña Treme? Nada, no se nota. El cuarto medio no te enseña por sí sólo a hablar correctamente y la universidad te enseña cosas que algunos abogados no conocen.
Hogar, ese es el concepto.
Yo también puedo ser alcalde, pero no quiero.

¿Abogado? Antes prefiero dejar la cerveza.

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