sábado, 26 de julio de 2008

Arrancaré con la cámara


Otra vez la televisión me sorprende. Ya a estas alturas no sé si eso es bueno o malo.
Estuve viendo el espacio (no da para llamarse programa) Sin Vergüenza, en Chilevisión. Este espacio se encarga de mostrar diferentes cámaras indiscretas hechas en otros países y también videos raros de mascotas u otras curiosidades. Algo así como lo que hacían en Video Loco hace muchos años atrás.
Me llamó la atención un par de cámaras ocultas que se exhibieron. La primera trataba de una persona que sostenía a un gran perro en plena vereda, al lado del animal, un sombrero en el suelo. La prueba consistía en que el “amo” tenía que entrar a una tienda y, al no poder hacerlo con el can, le pedía el favor a alguien que iba pasando por ahí. Ante la buena voluntad de quienes sostenían la cadena, el actor se introduce en la tienda, en ese momento pasa otro actor y tira unas monedas al sombrero, asumiendo que la persona está parada ahí pidiendo ayuda.
Diferentes personas sostuvieron la correa del gran perro y siempre un tipo les tiraba monedas al sombrero. La gente reaccionaba sorprendida, por supuesto, no esperaban retribución alguna por el favor y menos proveniente de gente extraña que suponía una necesidad del amo sustituto.
Por otra parte, otra cámara indiscreta mostró a un trabajador pidiéndole a una persona de la calle que se parara en un punto determinado, a unos metros en frente de un trípode que él manejaba, con un supuesto instrumento para medir qué sé yo qué. Algo así como los que a veces vemos en nuestras calles uno en frente de otro, tomando notas y mirando por un pequeño visor. Este “trabajador”, le solicitaba a la víctima que se parara en un punto con la mano derecha mostrando la palma hacia arriba. El típico gesto que hacemos cuando queremos cerciorarnos de que está lloviendo. En esa posición y, mientras el trabajador le hacía gestos para encontrar la posición exacta del la persona, hacia la derecha o izquierda, siempre con la mano extendida, pasaba un actor y le depositaba en la mano una moneda. Así lo hicieron con todas las víctimas de la broma.
La reacción era espontánea, nadie quería aceptar la moneda. Todos trataron de devolverla al actor que, obviamente, se marchaba haciendo caso omiso de las explicaciones. Incluso una persona, estratégicamente elegida, de unos 70 años, optó, para no estropear el trabajo del “ingeniero” y marcharse del lugar, por esconder su mano cada vez que pasaba alguien delante de él y luego retomaba la posición. Es decir, no daba lugar a que alguien le pusiera una moneda en su mano.
Luego de un momento me di cuenta de que ambas experiencias tenían algo en común. En primer lugar, está claro que la gente de ese país (que no sé cuál es) gana el dinero suficiente para no aceptar esa limosna. En segundo término, eso demuestra que no es una práctica común o que si lo es, parece estar muy mal mirada.
Por último lo que yo encuentro más relevante, es la actitud de las víctimas. Si se hubiera hecho la misma prueba en el centro de Santiago de Chile, por ejemplo, o incluso en el mismo barrio alto, es muy probable que el incauto hubiese retirado la moneda del sombrero para guardarla en su bolsillo, esperando con una pícara sonrisa que otro repita el gesto. Esto en el primer experimento, el del perro.
En el segundo caso, en cualquier ciudad de mi país, es muy probable que la mano estirada habría dado lugar a suspicacias y después de que alguien hubiese puesto una moneda en la mano de algún chileno, éste se habría marchado con ella (ya que acá no había que esperar al dueño del can) o se la habría metido en el bolsillo, de nuevo, esperando otra moneda. Es decir, pasaría de ser la víctima de una broma, a ser el que se burla del resto.
Esa es una capacidad que acá en Chile tiene Post Grado.
Ahí es donde yo pienso si los gringos son estúpidos, cosa que no creo, al menos en general, o los chilenos somos “vivos”. Yo creo que es un poco de ambas. Pero hay algo que tengo claro, no están los tiempos para rechazar dinero y si alguien te da una moneda involucrándote en una broma televisiva, “sorry”, te largas y ya. El dinero es tuyo. Ya no importa si las cámaras te están filmando, los más choros ya las están desafiando.
Es Chile, así somos. Donde hay comida gratis, o dinero, ahí estamos, no importa si ya tenemos, vamos igual. Si el gobierno ofreciera un televisor para cada hogar que no lo tenga, aseguro que muchos esconderían el que tienen para cuando la señorita encargada del catastro vaya a visitarlos, perjudicando así a los que realmente no tienen. Por eso parece que los gringos son tontos, pueden tener una moneda más y no la quieren.
Bueno, se me congeló la mano de tanto tenerla estirada y mi jefe aun no llega con las lucas.
Necesito como ochenta cámaras indiscretas. Hago castings.

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