jueves, 10 de julio de 2008

MONSERRAT Y GUSTAVO

No me puedo dejar de sorprender.
El revuelo que ha causado la participación de Monserrat Morilles en los carros del metro me parece casi normal. Esta desconocida bailarina se mueve libremente por el pasillo sin música alguna, lo cual le pone un pequeño grado de dificultad. Sin ser de un cuerpo espectacular, hace lo suficiente para que algunos jóvenes sorprendidos tomen fotos con sus celulares o miren de reojo para no parecer calientes.
La iniciativa que me parece sana, diferente, un poco creativa y por ultimo, sin otro norte que distraer a los fríos ocupantes del metro de Santiago, logra generar la atención de los medios y nos hace pensar un poco en otras tonteras diferentes al alza de la bencina, por ejemplo.
Pero no escribo para ensalzar este baile ni a la bailarina, ni al viejo y querido Gustavo Pradenas. Solo quiero destacar una frase que pronunció la Monse, cuando la entrevistaron aun dentro del metro, sin saber lo que pasaría en la superficie después:
"Me parece impresionante que se destine toda esta seguridad a alguien que no le hace daño a nadie cuando hay mucha gente que es asaltada en el metro".
Por decirlo de otra forma y en mis palabras, me parece insólito que estén preocupados de una mujer que ni siquiera se desnuda, ni parcialmente, sólo baila, y toda la seguridad del tren subterráneo está concentrada en ella. Eso demuestra lo imbéciles que son algunos compatriotas míos que, mientras la lola estaba parada viajando en un carro, ellos la vigilaban atentamente para que no fuera a sacarse ninguna prenda.
Lo peor vino después cuando salieron a la superficie. Como a ella la seguía la prensa, obviamente no estaba pasando inadvertida, se acercaron al Palacio de la Moneda con la clara intención de llevar a cabo su performance, pero fue abordada por un grupo (que en televisión se vio muy grande) de Carabineros, los cuales la llevaron detenida.
Me parece injusto pues ella no había hecho nada, lo iba a hacer, eso está claro, pero no alcanzó ni a acercarse. Es como si me llevaran detenido a mí por que suponen que le sacaré la cartera a una señora. Eso ya no se usa. En fin, supongamos que estaba en peligro la seguridad nacional con estas personas cerca de la Moneda. Recuerdo hace unas semanas una manifestación al interior de ella con pancartas y todo, que no pudieron detectar e impedir con tanta fuerza pues los protagonistas entraron de a dos o de a tres como simples peatones, según el gobierno, vulnerando la confianza depositada en los chilenos para que puedan pasear por los patios. Eso es más riesgoso, o al menos en su forma lo parece. Nada, el tema acá es destinar personal exclusivo para que una chica no quede en bikini en las calles de Santiago o en el Metro. Con todo el alboroto que se originó entre periodistas, camarógrafos y carabineros, no sé si debería reir o sentir pena por la señora que fue asaltada (como todos los días ocurre) y que al llegar a la casa dijo al ver las noticias: “… ahí están los pacos que yo andaba buscando, preocupados de puras …”
Mal por quienes determinan las acciones a seguir detrás de Monserrat y Gustavo, bien por estos dos, que nos demostraron que algo tan sencillo nos deja en vergüenza a todos.
No quiero reflexionar más profundamente sobre esto, es una lata y no lo amerita, así que no espero que haya debate, jaja.
Un recado para la Monse, ya cambiaré el tubo de mi ducha.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Podrian trerla para subirle el rating a los troles...ja,ja,ja

Anónimo dijo...

Extraño la época de poder rajar a todo weon cero aporte para el país. Con tanta weá de libertad de expresión y derechos humanos, la mierda sale a flote... en un metro o en un trole.

Cleito