martes, 12 de octubre de 2010

ALGO PARA VER


Cada cierto tiempo me topo con la necesidad de destacar algún spot comercial que he visto en televisión.

En este momento y antes que afloren en pantalla los lacrimosos comerciales de las empresas que hacen negocio con la Teletón, he visto un comercial que no he podido grabar pero que definitivamente me llamó la atención.

Me pondré el parche antes de la herida. Se trata del comercial de un banco, por lo mismo, advierto que no consideraré críticas con respecto a los montos de que se dispone para una campaña de tal magnitud, ese no es mi punto.

Me parece que se trata de un grupo de comerciales que el BCI ha puesto al aire con motivo del bicentenario de Chile, vinculando la historia del país con la del mismo banco.

Al que yo me refiero es uno que relata el ya maduro actor Cristián Campos, que comienza contando la historia, a partir de su fundador, el señor Juan Yarur Lolas. Debo reconocer que con un simple vistazo a los dos apellidos, no creo que alguna vez don Juan haya sido pobre, es decir, parto de la base que en la primera mitad del siglo veinte, este señor no era un simple mortal, debió ser un gran empresario chileno.

Lo que rescato es la forma resumida pero clara en que se expone la historia, con documentación gráfica y audiovisual muy potente. Un relato pausado y certero de Campos ayuda a comprender todo, además de involucrar al televidente con la historia, por lo menos a los que tenemos cierta sensibilidad con la historia documentada de nuestros antepasados, sus costumbres y espacios.

Así nos muestran al Banco de Crédito e Inversiones, desde su nombre completo, hasta la imagen corporativa que tiene en estos días, siempre ligado al país y su historia. El spot, tiene una pequeña introducción antes de moverse por la línea del tiempo, y al final una mención visual a los que podrían ser algunos patrocinadores de este tremendo proyecto publicitario. Digo tremendo ya que el comercial sin la introducción y el final dura aproximadamente tres minutos, una cantidad de tiempo que en televisión, por conceptos publicitarios, es una fortuna.

En el momento final, el actor asocia la historia del banco con el bicentenario. Me parece emotivo, serio, sin elementos superficiales, sin ofrecer ningún producto especial, sin canciones pegajosas y sólo con material visual histórico.

Es verdad que cada aparición al aire de este larguísimo comercial, como ya insinué, debe costar muchos millones de pesos, y también es verdad que eso podría restarle mérito, sin embargo yo lo valoro. Se han invertido muchas cantidades de dinero en comerciales de muy mala calidad que vemos todos los días y que a veces pasan inadvertidos. Por eso le doy crédito a este spot. Felicito a quienes lo produjeron, el presupuesto no es mucho en su realización, lo caro es la tele.

Hicieron lo suficiente como para ponerle atención, lo agradezco, ya sé algo más del banco, lograron lo que querían por medio de algo interesante para ver.


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