viernes, 8 de octubre de 2010

NOCHE DE "LATE"


Así es el negocio.

Perdón, así es la televisión.

Tuvieron que esperar a que alguna productora se atreviera a poner en la televisión por cable, un programa nocturno, con un conductor, sillones, un pequeño escenario y un nombre en inglés, para que después de innumerables estudios de rating, focus group y quién sabe cuántas parafernalias más, los otrora dos canales más grandes de tv abierta, hicieran lo mismo.

Cnal 13 tiene “A tu noche le falta Aldo” y TVN tiene al programa A/Z.

Hacen lo mismo. La diferencia es que el joven Franzani tiene como apoyo a dos personajes que, a todo esto, me parecen completamente innecesarios, entre los cuales reconozco a Fernando Larraín.

Por otra parte, Schiappacasse se maneja solo. Con pocas notas sobre la mesa y una escenografía más amable, parece ser más entretenido. No debemos olvidar eso sí, que canal 13 lleva años tratando de hacer con él lo que TVN hizo la década de los noventa con Pedro Carcuro. Claro que el colorín contaba con bastante más presupuesto para escenografía, invitados, orquesta, en fin.

Resulta que Julio César rodriguez, es el conductor del programa del cable llamado “Sin Dios ni Late”. Esta referencia al dicho “sin Dios ni ley”, pero que usa la palabra “late”, la cual pronunciada en inglés suena parecido y en español significa “tarde”, es el formato sacado del extranjero, que la televisión abierta no se atrevió a probar (los músicos ahí son lo más bizarro, no sé ni siquiera si eso es bueno o malo, pero no me gustan).

Este es el formato llamado “Late Show”. No, no sólo en Estados Unidos, acá también se llama así.

Entonces, Canal 13 y TVN, ya tienen su propio “late show”.

Pero ¿alguien se acuerda del programa Noche de Gigantes?

Antes de que la hija de Don Francis tuviera pantalla para hacer su “Gigantes con Vivi”, en la década de los 80, Don Francisco ya tenía su propio “late show”. Sábados Gigantes empezaba pasado las dos de la tarde y duraba hasta la hora de las noticias. No es misterio lo que eso provocaba en los hogares chilenos. Una tarde sentados en familia viendo como los vecinos se ganaban un Fiat 600 o miles de pesos, o televisores “a color” como decía Mario Kreutzberger.

Luego de las noticias, el guatón copión aparecía en otro estudio, al medio del escenario, contando cosas cotidianas suyas o de la ciudad, que siempre terminaban en chistes, buenos o malos, no lo sé, pero sin duda era una buena transición entre las noticias y lo que él quería presentar. Después de estos breves minutos, se instalaba sentado detrás de su estrado, que tenía una fila de al menos cinco sillones a un costado. Siempre acompañado de un personaje estable durante todo el programa, algo como lo que hacía con “Yeruba” en las tardes.

Los invitados, a medida que iban pasando, eran entrevistados y cada vez que se sumaba otro, se iban cambiando de asiento, de forma que el recién llegado fuera siempre el más cercano al conductor. A ese paso, con todos sentados ahí, los temas se mezclaban y la conversación era inevitablemente entretenida.

Invitados de muy diversa índole, artistas, científicos, personajes tradicionales tanto chilenos como extranjeros, en fin, muchas personas pasaron por ahí.

No tengo duda de que ese debió ser el primer “late show” (como se dice ahora) de nuestra televisión criolla, o al menos lo primero que yo vi en ese formato. Me excuso si mi desinformación no me permite reconocer que hubo otro antes, lo que sí puedo asegurar, es que lo que se ve en nuestras actuales noches, es un mal remedo de lo que hacía “Noche de Gigantes”.

No me sorprendería que Mario hubiese copiado entonces el formato, si después de todo, siempre tuvo su mirada puesta en el país del Tío Sam y el tiempo le dio la razón, muchos premios y mucho dinero también.

Recuerdos mis noches de sábado en casa, a una edad en que no salía a carretear, viendo en familia, ese programa que ya todos en la actual televisión parecen haber olvidado o no reconocer.

Claro, como reconocerlo si no se llamaba “late show”.



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