martes, 26 de febrero de 2008

¡Chuuuuu!! .... Pamela


Pamela, Pamela, Pamela...
No se trata de mi amor imposible, aunque pudo serlo, pero con otro apellido. En este caso me refiero a la periodista Pamela Jiles, en su rol de panelista del programa SQP.
Cuando Cristian Pérez con Ignacio Gutierrez hablaban sobre la presentación de Buddy Richard la última noche del Festival de Viña, en lo que todos sabemos, fue un merecido homenaje y el comienzo de su retiro de los escenarios, aparece la voz de esta periodista en un comentario que produjo un conflicto en el panel, sobre todo al momento de aludir directamente a su compañero de trabajo Italo Passalacqua.
Pamela opinó de don Ricardo Toro, que su show tenía un aroma a pinochetismo. Consultada acerca de detalles, ella trató de explicar su concepto aludiendo a que la música siempre trae a todos de nosotros recuerdos, lugares así como olores y que para cada uno son personales, y que en el fondo, cada uno tiene su propia música en su vida. A ella Buddy le recordaba una etapa triste de nuestro país, en la cual, según ella, este compositor había hecho su “agosto”, haciendo mención directa al éxito televisivo de este artista durante el período de la dictadura, o régimen militar o gobierno de Pinochet, como quiera uno llamarlo. A eso, ella agregó en su comentario la presencia en el público de la ex alcaldesa de Viña del Mar en ese período Eugenia Garrido y la presencia en el jurado de Gloria Simonetti.
Después de este discurso, Italo se molestó demasiado y afirmó enérgicamente que lo que Pamela Jiles estaba diciendo le parecía una imbecilidad. Que la carrera de Buddy tenía mérito propio, que era uno de los mejores compositores chilenos y que su talento estaba absolutamente desligado de cualquier gobierno o época.
Ahí comenzó en el programa una fea discusión sobre la cual debo decir lo siguiente.
Primero: a Pamela yo le recomendaría, en estricto rigor, investigar sobre la carrera del aludido compositor, para que se diera cuenta que él comenzó su carrera en los años sesenta y que, por ejemplo, el famoso show de Buddy Richard en el teatro Astor, con la orquesta de Horacio Saavedra, se realizo el año 1969, con un éxito y una trascendencia que, musicalmente, se recuerda hasta hoy como uno de los primeros mega conciertos de un artista chileno. En esa época, probablemente Salvador Allende estaba en campaña presidencial y nadie suponía lo que ocurriría cuatro años después. ¿Cómo hacer que Richard fuera pinochetista el año 1969?
Segundo: quisiera creer que a muy poca gente le importa a comienzos del año 2008, que Gloria Simonetti haya manifestado públicamente en algún momento su simpatía por el gobierno militar (ella no diría dictadura) y que eso, a estas alturas de la vida y de su propia vida, le impida ser jurado de un festival de la canción. No creo que alguien cuestione su idoneidad en el tema.
Cuando todos queremos hablar de otras cosas, cuando ya no queremos seguir dividiéndonos entre los “fachos” y los “comunistas”, cuando todo el mundo tiene la posibilidad de decir lo que quiere en televisión o en cualquier medio, Pamela insiste en su discurso, trasnochado, hasta obsesivo a veces, acerca de quién es pinochetista y quién no. Me gustaría algún día preguntarle cuál es su idea, a dónde quiere llegar. La música es la música, y si hay artistas “fachos”, también hay “comunistas” y para su horror también hay de los otros. Hay artistas declaradamente homosexuales, hay otros ocultos, los hay racistas, hay homofóbicos y quién sabe qué más.
Como ejemplo para la señora Jiles: ¿Qué sería de la música en el mundo, en la historia de la música, si sacamos a los músicos homosexuales y a los de raza negra? No habría música.
Entonces, doña Pamela, la capacidad creadora pasa a primer plano ante otros detalles, no ensucie la música, no ensucie el show de Buddy Richard, él es un excelente compositor desde que usted estaba en el colegio, los vínculos con tal o cual idea, serán propias de él y, afortunadamente, creo que será recordado por su talento. No lo meta usted en un saco en el cual él mismo no ha decidido meterse. Las antorchas y las gaviotas que él ganó, se las regaló el 2008, un público de quince mil personas, entre las cuales usted no estaba pues reconocio haberlo visto por televisión, Pinochet ya no está, don Ricardo Toro tiene cuarenta años de carrera. O sea, Pamela, pare, deje que la música sea eso, música.

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