domingo, 17 de febrero de 2008

Qué manera de tomar...


Una vez, muchos años atrás, un conocido (tipo 1) me comentó que habia asistido a un concierto en Santiago. Se trataba de un grupo de metal, no recuerdo cual (salió verso sin mayor esfuerzo). En parte de su relato, me decía que habían tomado y fumado hierba todo el concierto y que lo habían pasado demasiado bien. Obviamente, el concierto había sido uno de los mejores de su vida.

En otra ocasión, otro conocido (tipo 2), me hablaba del mismo concierto y de que se había encontrado con el personaje que ya me había contado la historia. El detalle es que tipo 2, me contó que tipo 1 habia había estado gran parte del concierto tirado en el suelo de ebrio y volado.

Cómo no sorprenderme cuando recordé que tipo 1 me decía que lo había pasado tan bien.


Asi como él, tantos amigos, conocidos, vecinos o incluso amigos de otros amigos, se interrumpen en las conversaciones tratando de que su historia se imponga, al menos por un tema de volumen en la voz.

Uno dice : "...anoche nos tomamos tres botellas de ron". Otro dice: "shi!, eso no es na', con los pasteles de allá bajamos tres (botellas) de pisco, dos de ron y terminamos con chela". El que habla más fuerte dice: "...ayer nos tomamos dos de pisco y unas chelas". Cuando los otros rechazan su historia por fome, él replica: "pero eramos dos no más". y un "aaaahhhhhh..." se escucha, entre los amigos.

La historia mas alcohólica gana. Mientras menos personas sean y más alcohol hayan tomado, es más entretenido y más genera la atención (y a veces admiración) del resto. Lo peor es el comentario del otro día, como el pastel del concierto, "lo pasé chancho, la cagó...y bla bla bla....".

Y todos sabemos, que a veces no se acuerdan ni de cómo andaban vestidos o cómo abrieron la puertade su casa.

Triste realidad, pero así es. Por eso yo tomo cerveza, helada, y en buena dosis, lo suficiente para reir harto cuando solo hay que reir y disfrutar el momento. Por eso cuando mi cuerpo me dice que pare, yo paro. Y me voy. Y eso siempre en el momento preciso. Al día siguiente yo cuento lo que hice, quién estaba, cómo lo pasé, y lo cuento porque lo recuerdo. Lo paso bien cuando tomo cerveza.

Algunos podrían parar para poder luego contar lo bien que estuvo el carrete, pero, ¿por qué no pueden? Al otro día, aprte de no recordar bien qué pasó, el cuerpo los tiene postrados con fuertes dolores en la cabeza y conexión directa con el baño.

Y después le echan la culpa al carrito de los completos.

Salud!.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajaja... me encanta este blog...