lunes, 27 de octubre de 2008

OBESAS MAYORIAS



La señora Virginia Reginato ha obtenido la primera mayoría nacional en su reelección como alcaldesa de la ciudad de Viña del Mar. No he tenido oportunidad de conocerla y no sé si en algún momento la tendré. No veo por dónde.
Sólo la he visto por televisión, en fotografías en diarios y ahora último, en la propaganda electoral. Esto sí que fue una sorpresa.
En las fotos que se descolgaban de palmeras y postes y que se posaban sobre los distintos espacios de verde pasto en la ciudad jardín, vi a una mujer muy parecida a ella pero con muchos kilos menos a su haber.
Como los tiempos han cambiado, ya no es necesario hacer dietas o seguir un régimen alimenticio estricto para mantener un buen peso. Si es preciso mejorar la imagen para una campaña electoral, sólo basta con un buen computador y un ya conocido software para editar imágenes que hace de todo.
Asumiendo los avances de la tecnología, reconocí en las fotos publicitarias a la alcaldesa, postulándose a la reelección. No era su hija como pensé en algún momento.
En este día domingo que me hizo pensar muchas cosas, vi la imagen de “doña Treme”, saludando a muchas personas y siendo vitoreada por ellas, cuando ya se había establecido en los recuentos que aunque los números variaran, el candidato triunfador a alcalde por Viña del Mar estaba definido. En esta escena televisada, doña Virginia se mostró muy relajada y contenta, tanto que parecía haber celebrado comiendo durante todo el día. Tuve la impresión de que en cualquier momento se reventaba.
No estoy enfocado a cuestionar ni defender sus estudios o rendir honor a sus capacidades o ineptitudes para conducir el municipio.
En realidad estoy pensando en otra cosa ahora.
La señora Reginato ya estuvo cuatro años en la municipalidad y estará cuatro años más. Al parecer mientras más tiempo se está a cargo del municipio, más se engorda. Y no lo digo en un sentido peyorativo. No tengo nada en contra de los gordos. Lo menciono por una muy extraña coincidencia, en la que nadie ha reparado y puede ser una pintoresca señal.
Todos los porteños sabemos (y mucha gente de la Democracia Cristiana también), que desde que se postuló Hernán Pinto a la alcaldía de Valparaíso, nadie pudo sacarlo de su puesto (no por razones físicas). Si la memoria no me falla creo que estuvo tres o cuatro períodos consecutivos en mi municipio. No sé cuántas veces se reeligió, pero creo que más de una vez obtuvo la mayoría nacional.
El partido de la falange debe recordarlo perfectamente. Este obeso alcalde sólo pudo ser sustituido cuando se vio involucrado en unos líos poco presentables, lo cual no le permitió seguir en la carrera y en el cargo.
Es muy peculiar que en la misma quinta región, en la ciudad del lado, una mujer con hartos kilitos demás, se esté reeligiendo con una mayoría nacional cercana al 80% de los votos de la comuna. ¿será este el presagio que tenga en un par de períodos más a doña “treme” en el municipio?
Así como todos en la concertación hablaban del “guatón” Pinto y lo levantaban (metafóricamente hablando) como un héroe en las votaciones municipales a nivel nacional, ahora le tocó el turno a la Alianza, cuyos miembros más destacados, mencionan a cada instante el triunfo rotundo de la señora Reginato como alcaldesa por la UDI.
Ojalá que no se vea involucrada en episodios oscuros, por el bien de la ciudad de Viña, y que responda a la confianza de la gente. No puedo pedirle que baje de peso ni que se opere como lo hizo Pinto.
Únicamente quería destacar a dos mayorías nacionales que son de la región y que han sido mayoría en votos y en kilos.

NOTA: Este texto no tiene segundas lecturas ni pretende deslizar ningún mensaje entre líneas. Es lo que se está leyendo, nada más, no intento más análisis de lo que se ve.

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