lunes, 15 de marzo de 2010

LA TV LO NIEGA TODO


Quizás en Chile, la clase política sea el único grupo de personas “entrenadas” para responder preguntas sin responderlas. Tienen una facilidad especial para dar vuelta las cosas y nunca contestar lo que se está preguntando.
Ahora bien, me parece a mí que los políticos se han convertido con el tiempo, en una tremenda escuela para los personajes públicos no-políticos de este país.
Chile es un país donde las cosas no pasan. Donde los romances no existen. Solamente acá los equipos de fútbol no pierden los partidos, ya que son los rivales los que los ganan. En este último caso, la vieja historia de los triunfos morales (afortunadamente en extinción), es un claro ejemplo de ello. Aunque perdiéramos, siempre jugábamos bien y nunca merecíamos perder.
De un tiempo a esta parte la televisión lo niega todo.
El prefabricado polémico entrenador del equipo de fútbol Universidad Católica, el “fantasma” Figueroa, además de su cuestionable desempeño y su horrible relación con los medios y hasta con sus dirigidos, nunca admite que su equipo juega mal. Siempre puede ser al arbitraje el que los perjudica. O también puede darse que el rival tuvo mucha suerte. Pero él no pierde los partidos, nunca.
Esta característica se da en todos los ámbitos de los personajes públicos.
La “Cote” López, nunca se acostó con Pinilla. Ambos lo negaron siempre, aunque todos lo saben. Cuando por ahí le preguntaron a mi ex amiga Tonka Tomicic, si era verdad que debido al bajísimo rating online de su programa El Hormiguero (que conducía junto a Sergio Lagos), este sería sacado del aire a fines del mes de Enero, ella afirmó que esa fecha siempre fue la estipulada para su fin, que quizás podría seguir, pero que debería terminar en esa fecha. O sea, nunca estuvo dispuesta a asumir que los malos resultados causaban el fin del programa.
Hasta el día de hoy Felipe Camiroaga niega tener un romance con Fernanda Hansen, y ella hasta se molesta cuando le tocan el tema.
Todos saben que las competencias de los reality shows, están sabiamente manipuladas para que los personajes más populares en su interior, puedan llegar a la final y conservar el poco rating que aun tienen, hasta el último día. Pero preguntarlo es tiempo perdido.
Muchos años atrás, el “cóndor” Rojas negó durante mucho tiempo que se había auto infringido la herida en su frente, la que siempre se atribuyó a la tristemente célebre bengala.
Hace poco vi en televisión que Pamela Diaz se fue de Canal 13 para trabajar en Mega. Una periodista le pregunta hacia el interior de su vehículo si su actual novio había influido en su decisión. Ella lo niega confesando eso sí, que le comenta sus cosas como gran parte de las parejas podría hacerlo. Yo me pregunté ¿y si su novio le ayudó a tomar la decisión, qué tiene de malo? No sé, pero lo niega.
Y así la lista de negativas es enorme. Leo Rey niega una eventual disputa con Américo por el liderazgo en la música tropical en Chile. Américo hace lo mismo. Y si la disputa existiera, ¿qué tiene de malo?, es natural que así sea. Pero se niega.
El farandulero futbolista Kike Acuña, niega tener algo con Valentina Roth. Ella por su parte dice que lo pasan bien juntos pero que no hay nada. Claro, jamás lo asumirían, ya que él está casado y su mujer no tiene derecho a esa información y por cierto, cero posibilidad de reaccionar desde el interior de un reality show.
Hay más, cuando una nueva teleserie supera en rating a la competencia por unos cuantos puntos, se transforma en un suceso y a partir de ese minuto todos son excelentes actores, el director es el mejor, y el trabajo de muchos meses rindió frutos y bla, bla, bla. Sin embargo, si a esta misma teleserie o a un programa de televisión se le enrostra la poca sintonía, siempre sus conductores o animadores argumentan que ellos trabajan para la gente y lo hacen con todo el corazón, que eso es lo que importa. Nadie asume que ha perdido, nadie asume que le fue mal, nadie asume que se enamoró y que todos se dieron cuenta.
Cualquier atisbo de dificultad, en televisión hay que negarlo. Por eso esta maquinaria de exitismo gira velozmente y se mantiene de las fantasías de las personas que no quieren parecer humanos. Para mantener la plusvalía en el negocio de la tele tienes que aparentar que todo está bien, que el éxito es importante, más allá de si te lo ganaste como artista, como político, o moviendo el culo en una disco. Éxito económico o éxito mediático, da lo mismo. Niégalo todo, escabúllete de las cámaras, rehuye preguntas capciosas y sonríe todo el tiempo, así, a pesar de no decir nada, serás simpático y amable y podrás mantenerte dentro del negocio.
La televisión lo niega todo y cuando alguien tiene la sutileza y agudeza de vender alguna intrigante o dramática historia a algún medio, puede obtener una suculenta suma de dinero y a la vez, caer dentro del cajón de las víctimas adjudicándose automáticamente la atribución de poder llorar frente a las cámaras y mantener la dignidad y la posibilidad de seguir en el negocio. Esta es la única forma de no-negar y a la vez poder responder preguntas sin ocultar, al menos en apariencia, la verdad.
Pero la tele lo niega todo, como queriendo asegurarnos que lo que vemos no es real, aun cuando hayan fotos, videos o registros de algún hecho, lo niega todo. Eso no pasó, eso no fue, eso no existe.
Sea lo que sea, la tele lo niega todo.


P.S. Por razones de espacio y tiempo, no he incluido nada relacionado a los políticos de mi país.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Miente, miente, que algo queda.