lunes, 1 de marzo de 2010

SE ASÍAN


“SE.ASEN.TRABAJO.DE.GASFITERIA Y.TECHO.EN GENERAL F 256635.JULIO.”

Hace una semana advertí que a dos cuadras de mi casa, ya no funcionaba un negocio, aparentemente había cerrado para siempre.

Allí se vendían abarrotes, helados, bebidas y artículos pequeños para el hogar. Sin embargo, se caracterizaba por tener muchas máquinas de juego en su interior. Las mismas máquinas que en la zona generaron polémica tiempo atrás por no definirse si son juegos de azar o de destreza. Frente a este local, un kiosco muy cotizado en el sector, el clásico vendedor de diarios y revistas, además de cigarrillos.

Entre una pared del negocio y este kiosco, cuelgan algunos cables, y agarrado de uno de ellos, existe un letrero pequeño que lleva mucho tiempo ahí. Hasta hace un par de días estaba colgando muy alto, y nunca me atreví a tomarle una fotografía, ya que siempre esta esquina esta poblada de amigos reunidos en torno al kiosco, que por cierto cierra muy tarde en la noche. No tenía ningún interés en incomodar a los parroquianos y menos si entre ellos se encuentra el trabajador promocionado por el aviso.

Así las cosas, una semana antes del terremoto, como una coincidencia inexplicable, el negocio del primer piso cerró sus puertas. Ahora se puede apreciar el segundo piso en pésimas condiciones, preparado para una inminente demolición. En esas condiciones, los cables allí existentes cedieron, el aviso del gasfiter quedó colgando a la altura de mi pecho y sin quererlo se dispuso a ser fotografiado, quizás a horas de desaparecer junto con el edificio. No pudo escribirse bien, pero tampoco quiso desaparecer, pero así como la señora del negocio tomó una buena decisión y se fue, el gasfiter tal vez no sabe que su aviso no estará más ahí.

No hay comentarios: