Don Julio, el gásfiter que tenía abandonado su aviso publicitario, ha reaparecido magistralmente.
Ha escrito con cierta preocupación evidente en su ortografía, un aviso más grande, lo ha ubicado en la vereda justo al frente de donde estaba el anterior, pero siempre en la esquina de Av. Colón con Las Heras.
Aunque no ha dejado de usar indiscriminadamente los puntos, y los detalles en su escritura son menores, renovó su número telefónico de red fija anteponiéndole el dígito “2”. Además de eso, ahora publicó su número de teléfono celular.
La reflexión debió ser simple. La casa estaba a punto de caerse, su aviso antiguo está en el suelo producto del cambio de ubicación del kiosco sobre el cual se afirmaba. La demolición de ese inmueble es inminente. Por el contrario, la construcción de tres pisos, a un costado del poste que se aprecia en la foto, es firme y segura. El aviso es claro, grande y se ve de todos lados. Felicitaciones a don Julio, quien quiera que sea, que le vaya bien.
Ojalá que no haya otro terremoto que lo lleve a renovar forzosamente su publicidad.
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