miércoles, 6 de octubre de 2010

DE PESIMO GUSTO



Hace unos días, iba caminando tranquilo por calle 12 Norte, en Viña del Mar, en dirección hacia mismísimo océano, cuando vi esta sencilla casa del sector, transformada como muchas otras, en alguna tienda de algo. Me llamó la atención que, además de su anuncio apoyado en una de las paredes de ésta, también consideraron pertinente, repetir la información, mediante el uso de un pendón, dispuesto horizontalmente, en la reja que cierra la propiedad.
Las evidentes marcas de los dobleces y la importante cantidad de ojetillos usados para su fijación, me indicaron que la ejecución de esta buena idea no fue óptima.
Detenido y poniendo más atención, noté que tanto en este trozo de plástico, así como en su letrero oficial, había un imperdonable descuido.
Es decir, ya estuve un poco desilusionado al observar que en una tienda donde se trabajan telas y ubicada en un sector un tanto sofisticado de la ciudad, no se trabajara en un mejor lenguaje, más cercano a una gráfica de sus materias primas o procesos de producción, al momento de diseñar su presentación al público.
Además de esto, el imperdonable descuido es no haber dibujado el tilde en la palabra “algodón”.
Ese material venido de la tierra misma y protagonista estrella en el vestir de los seres humanos, no tuvo el honor de ser presentado como corresponde en nuestro idioma. Y en ninguno de los dos textos que rodean la casa.
Considerando que sí acentuaron otras palabras, esto pasa por un descuido, pero que de todas formas, yo no habría expuesto.
Poca preocupación para un negocio que pretende capturar clientes, sobre todo en un sector donde estos detalles pueden transformarse en una gran expresión del “pésimo gusto”.

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