viernes, 8 de octubre de 2010

UN LAVIN AGRESIVO


Sería repetitivo mencionar el hecho que los canales de televisión abierta en Chile, transmiten lo mismo y a las mismas horas. Una de estas “casuales” coincidencias son los noticiarios.

Aunque hay pequeños desfases, Telenoche, Ultima Mirada y Medianoche se transmiten en la misma franja.

Mi problema está con el de TVN.

Hay muchas formas de leer las noticias, y en los diferentes canales existen rostros llamados “anclas” que la gente ya reconoce y acepta. Pero en el noticiario final de TVN, la impronta, el estilo de Juan José Lavín me produce rechazo.

En todo caso no tiene nada que ver el apellido.

Me resulta chocante su postura sobre el escritorio. El cuerpo echado hacia adelante, afirmado sobre un brazo en cuya mano sostiene el clásico lápiz que tienen todos los lectores de noticias. A propósito, veces pienso que esos lápices los vende una misma persona a todos los noticieros, que son lápices que no tienen tinta y que son parte de la utilería del set, pero sin duda el estilo que les otorga es innegable.

Siguiendo con la postura, el cuerpo echado hacia adelante como decía y mirando a la cámara como si quisiera enterrarle los ojos al vidrio (o porque sencillamente no distingue las letras en el telepronter).

Algo así como una mezcla entre un galán seductor y el Conde Drácula.

Pero eso no es todo.

Además el señor Lavín tiene una muy mala costumbre. Todas las noticias, cualquiera sea su tipo, policial, política, de espectáculos u otra, las lee en un volumen bastante alto. Casi en un tono amenazante, al mismo tiempo que su posición corporal, pareciera que estuviera recitándole al público una gran reprimenda por algo que los televidentes no hemos hecho. Según los niveles del volumen de mi televisor, debo bajarlo cada vez que Juan José está al aire. No sé cuál es la razón que tiene para gritarnos las noticias. Es bastante molesto.

Pero supongamos que digerimos el noticiero y llega la hora de la entrevista de todas las noches que, generalmente, se la hace a un personaje vinculado a alguna importante noticia del día que está terminando.

Ahí mi paciencia se acaba.

Me siento en condiciones de apostar a que nadie me demuestra, con video incluido, que Lavín formula una pregunta y es capaz de esperar a que el interrogado termine su respuesta completa. Imposible.

Si ya no basta con casi gritar en el estudio. No se conforma con eso, además interrumpe todas, pero absolutamente todas las respuestas de sus invitados.

Todos a estas alturas sabemos que cada segundo en televisión son millones de pesos, pero una entrevista es una entrevista. A no ser que el entrevistado esté eludiendo algún tema delicado e interesante y el periodista se vea incentivado a presionarlo para lograr su objetivo, no justifico este atropello verbal que él hace constantemente. Quizás no tiene mucha capacidad de retención y cuando en su mente ya está la próxima interrogante, no es capaz de guardarla, por eso la vomita. O quizás son instrucciones.

Esto último lo cuestiono, ya que en el mismo canal estatal, Mauricio Bustamante, por ejemplo, es un entrevistador que sabe escuchar, lo cual permite que la siguiente pregunta no sea la pauteada y pueda rescatar alguna interrogante nueva a partir de la respuesta que está obteniendo.

O sea, no es necesario gritar como queriendo intimidar al resto, y menos interrumpir la respuesta a una pregunta que uno mismo ha hecho. Inténtelo algún día en su casa y descubrirán como siembro la discordia en este blog.

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